(ANSA) - SANTIAGO DE CHILE, 15 MAG - Los investigadores Piero
Poli, de la Università Degli Studi Di Padova, Italia, y Leoncio
Cabrera, de la Universidad de Chile, lograron avances para
conocer cómo se inician los terremotos utilizando como modelo la
información obtenida con el sismo de 6,9 grados de magnitud en
LïAquila, ocurrido el 6 de abril del 2009.
En esa oportunidad el movimiento comenzó con una ruptura
lenta de aproximadamente 0.9 kilómetros por segundo y,
posteriormente, aumentó en forma drástica, su velocidad y el
potencial destructivo.
"Conocer más sobre este tema es importante, porque
contribuye a evaluar de mejor forma el peligro y nos permite
prepararnos mejor para futuros terremotos", comentó Cabrera.
Poli acotó que "nuestra contribución es importante porque
constituye una observación que se ajusta a un modelo físico
cuantitativo, aunque no aplica para la generalidad de los
terremotos, porque lo usual es que comiencen repentinamente, sin
ningún tipo de señal de pequeña amplitud".
El trabajo de ambos investigadores, publicado por
Geophysical Research Letters, indaga en la llamada "iniciación
de ruptura sísmica", una pequeña señal que es muy difícil de
registrar y se ha estudiado en pocos terremotos en el mundo.
Entre estos se cuentan algunos ocurridos en California y en Asia
Central.
Cabrera indicó que la motivación por estudiar el sismo de
L'Aquila surgió a raíz de las numerosas víctimas y daños que
ocasionó, la gran cantidad de datos existentes sobre sus
características y la manera anómala en la cual se manifestó el
inicio de su ruptura.
"La pregunta sobre 'cómo se inicia un terremoto' es una de
las interrogantes abiertas más grandes en Ciencias de la
Tierra", contó Cabrera y agregó que el inicio de la ruptura es
una pequeña señal muy difícil de observar y "cuando vimos que
estaba registrada para el terremoto de L'Aquila, nos pusimos
rápidamente a analizarla para ver qué aprendíamos sobre su
inicio".
En términos simples, al "terremoto le costó iniciar" y
destacaron que la gran cantidad de sensores ubicados donde
ocurrió el sismo permitió observar, por primera vez, con tanto
detalle, cómo se inicia un terremoto.
"Con la observación que hicimos, demostramos que muchos de
los resultados que se ven en el laboratorio, en el modelamiento
numérico y la teoría, aparentemente también pueden ocurrir en la
naturaleza, por lo cual es posible establecer un vínculo entre
ambas formas de estudiar los terremotos y lograr entender mejor
este proceso", aseguró Cabrera. (ANSA).
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