La agencia espacial estadounidense había expresado que la mayor parte del satélite se consumiría al ingresar a la atmósfera terrestre pero advirtió asimismo que "algunos componentes" podrían resistir el impacto.
"El riesgo de que alguien en la Tierra resulte lastimado es bajo", con una posibilidad en 2.467, precisó la NASA.
Según las previsiones era esperado su ingreso a la atmósfera de la Tierra alrededor de las 5.30 GMT de la mañana del jueves, con una aproximación de "16 horas más o menos" en una localidad no definida.
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