El resultado, publicado en la revista Scientific Reports, fue obtenido por un grupo liderado por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Iytalia, en colaboración con la Universidad de Catania y el Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ).
Gracias a una prueba de un mes, los investigadores han demostrado que la fibra óptica, con la ayuda de algoritmos innovadores de Inteligencia Artificial (IA), puede ser un recurso valioso gracias a su capacidad de adquirir señales útiles para dar respuestas rápidas a las crisis volcánicas.
Las señales sísmicas de naturaleza volcánica pueden proporcionar información valiosa para estimar el nivel de peligrosidad del propio volcán.
Hasta el momento, los principales instrumentos utilizados para este fin han sido los sismómetros, aparatos que se instalan en las laderas y cimas de los volcanes.
Sin embargo, en las islas volcánicas pequeñas el entorno submarino requiere la instalación de instrumentación particularmente costosa y difícil de manejar y mantener.
Por lo tanto, los investigadores dirigidos por Gilda Currenti buscaron una manera de superar este obstáculo: utilizando un cable de telecomunicaciones de fibra óptica que conecta la isla de Vulcano con Sicilia como sensor, el equipo pudo detectar automáticamente eventos sísmicos, adquiriendo datos de casi 1.500 eventos en un mes.
La enorme cantidad de datos generados, equivalente a unos 20 terabytes (es decir, 20 mil millones de bytes), también ha planteado un desafío desde el punto de vista de la tecnología de la información (TI): los autores del estudio, aprovechando los avances recientes en el campo de la IA, han desarrollado nuevas soluciones para recopilar, gestionar y analizar los grandes volúmenes de datos.
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