La postal con los farallones del mar sigue ahí como telón de fondo, pero será una Capri muy distinta de la glamurosa a la que se está acostumbrada localmente y que se prepara para recibir a los ministros de Asuntos Exteriores de los siete países del G7 desde este miércoles hasta el viernes.
Cerca de 1400 agentes encargados de hacer cumplir la ley en el lugar para garantizar la seguridad de la cumbre en una isla que estará insólitamente blindada.
La organización en los últimos días, durante las reuniones coordinadas por el prefecto de Nápoles, Michele di Bari, y reforzada aún más ante los vientos de guerra procedentes de Medio Oriente, tiene como objetivo garantizar la seguridad en todos los aspectos.
El espacio aéreo estará cerrado y protegido por un dispositivo adecuado para protegerse de cualquier amenaza procedente del cielo, del mismo modo que el mar será vigilado por lanchas patrulleras de la Guardia di Finanza con hombres armados a bordo.
La propia Guardia Costera y la Autoridad Portuaria se encargarán de la seguridad del puerto comercial.
Además, las unidades sanitarias de emergencia de la Policía Estatal estarán repartidas por toda el área de la isla, mientras los buzos de los bomberos también están listos para entrar en acción. Durante la manifestación se prohibió a los turistas atracar en el puerto de Marina Grande.
La Gruta Azul, monumento simbólico de la isla, también estará tripulada por un barco a motor de la Autoridad Portuaria.
Además, se encuentran en el campo los motociclistas de los Carabineros, así como policías y agentes antidisturbios: las fuerzas policiales realizarán un filtrado dinámico de las llegadas en colaboración con la policía local y otras fuerzas del orden territoriales.
Entretanto, los ministros y las distintas delegaciones llegarán por mar desde Nápoles a bordo del barco de la Guardia Costera Gregoretti, así como de otras patrulleras de la Guardia di Finanza.
En los lugares considerados sensibles, de hecho, habrá una auténtica zona roja, porque el trabajo de prevención de la policía y de los carabinieri será constante.
Incluso en el lugar también se encontraban francotiradores.
Las calles de la isla serán registradas por perros detectores de explosivos suministrados por los Carabineros y la policía, y por los equipos operativos antiterroristas.
Los cuerpos policiales, la Autoridad Portuaria y la policía local vigilarán los puertos de llegada de las delegaciones, todas las vías de comunicación, hoteles y cualquier otra locación destinada a acoger los trabajos, mientras que se reservará especial vigilancia a los traslados de las autoridades que asistir a los eventos programados.
Todos los servicios sanitarios de emergencia también estarán garantizados para la población -según un plan de primeros auxilios- a través de diferentes tipos de vehículos, capaces de adaptarse a las carreteras de la isla, un punto de ayuda específico y una ambulancia aérea.
Finalmente, en la Prefectura de Nápoles, estará activo un grupo técnico con todos los agentes institucionales implicados, activo las 24 horas del día durante el evento para hacer frente a cualquier situación crítica.
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