Por ese motivo, Moscú advirtió que actuará en consecuencia.
Pero la declaración también tomó por sorpresa al primer ministro polaco, Donald Tusk, que pide una reunión aclaratoria con el jefe de Estado.
"Si nuestros aliados deciden desplegar armas nucleares en el marco del intercambio nuclear en nuestro territorio para fortalecer la seguridad del flanco oriental de la OTAN, estamos dispuestos a hacerlo", dijo Duda al popular periódico Fakt.
Una medida que, según el presidente, respondería al peligro ruso en las fronteras polacas.
Moscú, afirmó, está "militarizando cada vez más el enclave de Kaliningrado y está transfiriendo armas nucleares a Bielorrusia".
"Nuestros militares, por supuesto, analizarán la situación y, si se implementan tales planes, harán todo lo necesario, tomarán todas las medidas de represalia necesarias para garantizar nuestra seguridad", respondió el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, fue más allá y señaló que si "armas nucleares estadounidenses" aparecieran en suelo polaco, "las instalaciones pertinentes se incluirían inmediatamente en la lista de objetivos legítimos en caso de un choque militar directo con la OTAN".
En tanto, sorprendido, el primer ministro polaco expresó su deseo de "conocer todas las circunstancias que llevaron al presidente a hacer esta declaración".
"Me importa mucho -añadió Tusk- que Polonia viva segura, que esté bien armada, pero también me gustaría que cada iniciativa sea, ante todo, muy bien preparada por personas responsables".
Por ese motivo, el premier dejó en claro que "espera con impaciencia una reunión con el señor presidente Duda".
Ambos políticos a menudo se enfrentaron por cuestiones de política interna, pero no por el apoyo a Ucrania y la amenaza rusa.
Mientras, en el Donbass ucraniano, las tropas rusas continúan su lento avance hacia el oeste.
Hoy cayó en sus manos otro pueblo, el de Novomikhailovka, en la región de Donetsk.
En la ciudad nororiental de Járkov, afectada por bombardeos que se prolongan desde hace semanas, un ataque ruso derribó la torre de televisión sin causar víctimas.
Pero lo peor, según las autoridades de Kiev, podría llegar con una ofensiva rusa a gran escala a partir de junio para la cual, según el presidente Volodimir Zelensky, Moscú se está preparando para movilizar otros 300.000 combatientes.
"Nos enfrentaremos a una situación bastante difícil, pero no catastrófica; no habrá Armagedón, como muchos empiezan a decir", afirmó el jefe del servicio de inteligencia militar ucraniano, Kyrylo Budanov.
Sin embargo, para intentar resistir, Kiev necesita ayuda militar constante de Occidente.
En relación con el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la UE, el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, dejó claro que el nuevo paquete de 61.000 millones de dólares desbloqueado por el Congreso estadounidense después de meses de escaramuzas todavía no es suficiente.
Por lo tanto, Kuleba pidió a los europeos "lo antes posible" más misiles, piezas de artillería, municiones, así como sistemas de defensa antiaérea Patriot y Samp/T italo-francés Italia está haciendo "todo lo posible para ayudar a Ucrania y proporcionar respuestas con los instrumentos que tenemos", respondió, por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani.
Peskov dijo que estaba convencido de que el nuevo paquete estadounidense "no cambiará nada" en el campo de batalla. Pero el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, advirtió que la creciente implicación no sólo de Estados Unidos, sino también de Gran Bretaña y Francia, "obsesionados con la idea de infligir una derrota estratégica a Rusia", significa que estos países "se tambalean peligrosamente al borde de un choque militar entre potencias nucleares cargado de consecuencias catastróficas".
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