Por Michele Esposito
(ANSA) - BRUSELAS, 15 MAG - El atentado al premier eslovaco,
Robert Fico, más allá del resultado de las investigaciones de
las autoridades de Bratislava, se destaca como una oscura nube
sobre Bruselas y alimenta ulteriormente un miedo que, en los
corredores de los edificios comunitarios, deviene día tras día
creciente: de una campaña por el voto de las Europeas marcada
por la violencia.
No es casualidad que la presidenta de la Comisión -y
Spitzenkandidat del PPE- Ursula von der Leyen, y la presidenta
de la Eurocámara, Roberta Metsola, en todos los rincones del
continente, repiten un concepto: el voto de del 6 al 9 de junio
es el más importante en la historia de la UE porque está en
juego la idea misma que es la base de Europa.
Además, el ataque a Fico no hace más que agravar una
preocupante estela de violencia que comenzó desde el inicio de
la campaña para las elecciones europeas. Hasta ahora, Alemania
ha sido el principal teatro de estos actos. En los últimos días,
hasta cinco líderes políticos alemanes fueron víctimas de
agresiones. La última, por orden cronológico, fue la ex
alcaldesa de Berlín, miembro del SPD, Franziska Giffey. Unos
días antes, en Dresden, había causado revuelo el embate contra
el líder de los socialdemócratas de Sajonia, Matthias Ecke, que
fue baleado por cuatro personas mientras colgaba un cartel
electoral.
En Alemania, quien acabó en el punto de mira fue, en primer
lugar, el AFD, el partido de extrema derecha en constante
crecimiento que, en Bruselas, consideran el más peligroso -y pro
Putin- de los movimientos soberanistas.
Robert Fico, en este contexto, pertenece a esa categoría de
líderes que los partidos proeuropeos consideran más peligrosos.
El primer ministro, que inició su cuarto mandato en octubre de
2023, es considerado una especie de clon de Viktor Orban, con
quien comparte posiciones prorrusas y un cierre total hacia los
inmigrantes. Y, desde hace semanas, está siendo vigilado de
cerca en Bruselas por un proyecto de ley ad hoc sobre la
radiodifusión pública que, según la oposición eslovaca,
socavaría la libertad de información.
Empero, independientemente de sus posiciones políticas, el
ataque provocó una condena firme y preocupada por parte de los
líderes de la UE y de los principales grupos sentados en la
Eurocámara. Todos, aunque en diferentes proporciones, están
convencidos de que se trata de "un ataque a nuestra democracia y
a nuestra sociedad". En este sentido los más claros fueron los
liberales de Renew, que subrayaron la necesidad de "proteger la
integridad de nuestro entorno político para garantizar que las
próximas elecciones europeas sean libres, justas y respeten los
derechos de todas las personas implicadas".
!La violencia amenaza los fundamentos mismos de la
democracia y de nuestros valores europeos fundamentales",
subrayó, por su parte, el líder del PPE, Manfred Weber, que, sin
embargo, acabó en el punto de mira de socialistas y liberales
por su apertura hacia aquellos derechistas que, según la
centroizquierda, representan un peligro para los derechos de los
ciudadanos,
Weber y von der Leyen son una apertura condicional que, si
sigue siendo válida para FDI, no puede ser válida para partidos
como AFD, Fidesz o, irónicamente, para SMER. Para el presidente
saliente de la Comisión, la futura mayoría debe estar formada
por "una coalición que fortalezca a la UE", en su intervención
el martes en la Cumbre sobre la Democracia en Dinamarca, von der
Leyen también anticipó que, de ser confirmada, propondrá una
coalición. "Escudo para la democracia de la UE", una estructura
ad hoc contra la injerencia y manipulación extranjera. Y ya
porque en Bruselas vinculan conceptualmente la desinformación y
el crecimiento de la violencia, y se teme que, en este gran
juego de debilitar a la UE, esté de alguna manera la mano del
Kremlin. (ANSA).