Por Paolo Cappelleri
(ANSA) - ROMA 12 MAY - Todavía conserva el mismo número de
teléfono "más o menos desde el '98", a pesar de que "algunos
dicen que no es seguro". Para Giorgia Meloni es "una ventana a
la normalidad", siempre intenta responder a los mensajes y lo
utiliza para el chat de madres de la escuela.
"Comento, doy mi opinión, voto cuando hay votaciones,
participo cuando puedo. En resumen, soy mamá", explicó en el
podcast de Diletta Leotta, contando su vida como madre y primera
ministra.
Un equilibrio en el que recientemente tuvo que explicarle a
su hija Ginevra que tendría que incumplir "una de las pocas
reglas" que se había impuesto, asistir a sus actuaciones: "El
espectáculo de danza es el primer día del G7, la única cosa que
no puedo mover. Fue un infierno cuando tuve que decírselo".
En los 42 minutos del episodio especial de 'Mamá Diletante',
en el Día de la Madre, Meloni se describe como "una mujer
obligada a ser fuerte", y una madre diferente a la suya, Anna
Paratore.
"No estaba tan presente y al final le debo todo. Su ausencia
fue calculada, nos crio diciendo: 'tienes que arreglártelas, tu
libertad está ligada a tu responsabilidad'. Su ausencia fue
calculada", explicó.
"La mía es una ausencia forzada, y cuando estoy presente,
intento ayudar demasiado". Entre ansiedades, sentimientos de
culpa "que no manejas". Incluso encontrando en 48 horas un
animador vestido de unicornio para la fiesta de cumpleaños.
Y enfrentando la infancia post-Covid con "tabletas, videos y
TikTok: esto no se detiene, todos son así". Con Ginevra, en
segundo grado, se asegura de acostarla todas las noches:
"Intento llevarla conmigo cuando estoy fuera por la noche: si le
quitas ese momento, lo siente como una traición".
La gestión de la hija es crucial para la niñera, "conmigo
desde que nació Ginevra", "luego el padre" Andrea Giambruno y
"los abuelos un poco menos". Y están las madres de la clase.
"No hay verdadera solidaridad femenina entre las mujeres.
Pero entre madres es otra cosa, son solidarias entre ellas, como
los veteranos que han luchado juntos en el frente -la analogía
que usa la premier-. No sé por quién votan muchas de las madres
de la clase, pero hacen todo lo posible para ayudarme, saben que
no puedo ir a las fiestas y se ofrecen a llevar a Ginevra".
Con un espíritu similar vivió la llamada a la madre de
Alessia Piperno, para anunciarle su regreso a casa después de 45
días de cárcel en Irán. "Una de las emociones más
extraordinarias que este trabajo me pudo haber dado", contó la
primera ministra, revelando luego que "no siempre tuve el
instinto maternal".
"Las mujeres de nuestra generación están destinadas a
sentirse siempre jóvenes, pero tuve a Ginevra a los 39 años y ya
no lo era. Luego - agregó - cuando intenté tener un segundo
hijo, ya no había tiempo. Me duele en el alma que crezca como
hija única".
En su vida, también política, ha sido y sigue siendo crucial
el apoyo de su hermana Arianna. "Tengo una resistencia a las
llamadas telefónicas, prefiero escribir. Ella es la única
persona a la que llamo", subrayó Meloni, asegurando que siempre
intenta responder a los mensajes.
"Todos tienen mi número. Me escriben personas que ni
siquiera sé quiénes son, es una ventana al mundo y no quiero
perderla. Entre mil cosas, algunas surrealistas, hay personas
que comparten, envían fotos, hay un montón de ideas
interesantes, humor, críticas".
Con un aspecto negativo. "Si me escribes, respondo, pero hay
quienes lo usan en mi contra. ¨Sabes cuántas veces - le dijo a
Leotta - me envían capturas de pantalla de mensajes que he
enviado porque se equivocan y me los envían de vuelta? Algunos
dicen que no es seguro, que no sabes con quién estás hablando".
(ANSA).