(ANSA) - NAPOLES, 11 MAG - Bologna derrotó hoy por 2-0 a
domicilio al Napoli, escaló al tercer puesto y quedó a un paso
de asegurarse matemáticamente la clasificación a la próxima
edición de la Champions League, en la trigesimosexta y
antepenúltima fecha del campeonato.
El equipo del ítalo-brasileño Thiago Motta sentenció el pleito
en apenas tres minutos, pues abrió el marcador en el estadio
Diego Maradona con un gol del suizo Dan Ndoye a los 9' y lo
cerró con otro del alemán Stefan Posch a los 12'.
Testigo preferencial del triunfo del Bologna fue el entrenador
de la selección italiana de fútbol Luciano Spalletti, al mando
del cual Napoli celebró el "scudetto" en la pasada temporada
después de 33 años de espera.
El mismo Spalletti que antes de comenzar a rodar el balón
consideró que el equipo de Thiago Motta es el equipo de mejor
actualmente del torneo, tal como lo plasmó hoy ante un Napoli
que poco se parece a aquel que hizo celebrar a toda una ciudad y
a muchos más también.
Los dirigidos por Francesco Calzona, quien al final de la
temporada volverá a dirigir a la selección de Eslovaquia,
decepcionó una vez más a sus aficionados, que hoy fueron cerca
de 40 mil aficionados pese a la opaca actualidad del Napoli y
que despidieron al equipo con silbidos.
Cuando restarán sólo dos fechas para el final del torneo,
Bologna le sacó siete puntos su ventaja a una Roma que marcha
sexta y el domingo visitará a Atalanta. que la precede y también
marcha a siete puntos del "azulgrana", pero deberá recuperar un
duelo pendiente con Fiorentina una vez que finalice el
campeonato.
Así las cosas, si Atalanta gana mañana o empata, Bologna se
asegurará el histórico pasaje a la Champions pues ya no podría
caer, en el peor de los casos, más allá del quinto puesto y
asegurará una de las cinco plazas con las que el "Calcio"
contará en la próxima edición del torneo continental.
La contracara es Napoli, estancado en el octavo puesto y que
podría perder incluso más posiciones cuando se complete la fecha
en una temporada para el olvido que se refleja en el hecho de
haber recibido goles en los últimos 17 partidos que disputó.
Napoli se despidió sin pena, ni gloria y desnudó sus
fragilidades no sólo a nivel técnico, sino anímico que
contrastan con aquella imagen de equipo invencible que ostentaba
en la pasada temporada casi con los mismos nombres.
Ni el tiro del final le salió hoy al local, que tuvo una ocasión
como para descontar con un penal sancionado por Luca Pairetto
por una falta contra el nigeriano Victor Osimhen que ejecutó
Matteo Politano desde los 12 pasos y que desvió Federico
Ravaglia a los 21' de juego.
Fue quizás la última situación de riesgo para Napoli en el
partido, pues ni siquiera los cambios que ensayó Calzona (que
incluyeron el ingreso del argentino Giovanni Simeone por el
georgiano Khvicha Kvaratskhelia
a los 81') bastaron para generar peligro frente al arco de
Bologna.
Festejaron los 1.500 fanáticos que acompañaron hoy al equipo de
Thiago Motta, que supo aprovechar la actualidad de su rival de
turno y las ventajas que ofreció, que expresó su voluntad de
ganar desde el pitazo inicial y que tras lograr una rápida
ventaja de dos goles supo defenderla con orden, jugando casi de
memoria.
Para Bologna, que contó con el argentino Santiago Castro desde
los 72' (ingresó por el goleador neerlandés Joshua Zirkzee) el
sueño de la Champions es prácticamente una realidad. Para Napoli
lo que supo ser un sueño hoy parece ser una pesadilla de la que
deberá despertarse más temprano que tarde. (ANSA).