Por Fausto Gasparroni
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 07 MAG - Tendrán un sentido más
"riguroso" las nuevas normas que serán adoptadas en breve por el
Vaticano y, en particular, por el Dicasterio para la Doctrina de
la Fe", para discernir "sobre apariciones y otros fenómenos
sobrenaturales".
Eso es lo que se filtró de los ambientes del Vaticano luego
del anuncio, hoy, de la Santa Sede acerca de que las nuevas
reglas para evaluar la veracidad y efectiva sobrenaturalidad de
los fenómenos, que serán difundidas el viernes 17 de mayo.
Ese día, además, serán presentadas en una conferencia de
prensa en el Vaticano por el cardenal Víctor Manuel Fernández,
prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, teólogo de
confianza del papa Francisco, y de monseñor Armando Matteo,
secretario del mismo organismo.
Un endurecimiento de los criterios de examen, análisis y
eventuales aceptaciones o rechazos de los casos, en los que no
puede dejar de haber tenido cierta influencia el clamor
mediático por las poco controvertidas visiones marianas de
Trevignano.
Pero, ciertamente no faltan, tanto en Italia como en otros
lugares, casos de supuestos videntes, de Vírgenes llorando, en
su mayor parte sangre, de apariciones de diversos tipos, a
menudo capaces de abrir una brecha en la credulidad de muchos
fieles.
Y la Santa Sede sopesa el deber de resguardarse, fijando
puntos bien precisos para "discernir" sobre fenómenos, poniendo
en guardia tanto a la base de los devotos como a los pastores
eventualmente comprometidos en el contorno de casos más o menos
misteriosos y que se querrían sobrenaturales.
El pontificado del papa Francisco, entre otras cosas, se
caracterizó por no poca severidad aún en eventos célebres y de
enorme atractivo devocional como los del Medjugorje ("la Virgen
no es una empleada del Correo"), repitió Bergoglio sobre las
presuntas visiones a intervalos y horarios fijos): el mismo
informe de la Comisión Ruini sobre apariciones en la ciudad
bosnia -que evaluaban positivamente en la primera fase,
expresando luego escepticismo acerca de ciertas evoluciones por
"negocios"- no fueron nunca publicadas, incluso si el pontífice
quiso salvaguardar Medjugorje en el pllano pastoral, como lugar
de plegaria y conversiones, a más meta de millones de peregrinos
cada año.
Sobre el caso de Trevignano se pronunció ya dos meses atrás
el obispo de Civita Castellana, monseñor Marco Salvi, hablando
de falsedad, perjurio, testimonios no concordantes, "errores
doctrinales", falta de fiabilidad surgida de las pericias
psiquiátricas, y también de la sospecha de actividades de
"lucro".
Por todo esto, el resultado de los trabajos de una comisión
de investigación, desautorizando definitivamente el fenómeno
específico y su promotora, la "santona" Gisella Cardia, y
proclamando por decreto que en Trevignano no existieron
apariciones. (ANSA).