Por Paolo Cappelleri
(ANSA) - ROMA, 07 MAG - La primera ministra italiana, Giorgia
Meloni, se reunió hoy en Trípoli con su homólogo del Gobierno
Nacional de Unidad (GNU), Abdul Hamid Debaibah, y con el jefe
del Ejército Nacional Libio (ELN), Jalifa Haftar en Bengasi,
para tramitar gestiones en materia de inmigración y de energía.
Además, se habló de una de las claves para la estabilización
de Libia, que, desde el punto de vista italiano, tiene que ver
con poner fin a la presencia de fuerzas extranjeras en el país
norteafricano.
En particular, los paramilitares prorrusos de la brigada
Wagner: ésa es una de las claves que intentó dar Giorgia Meloni
en su conversación con Jalifa Haftar, el general del Ejército
Nacional que controla Cirenaica, la región oriental de una
nación dividida desde hace años.
Por este motivo, la visita oficial de la premier finalizó
en Bengasi, tras una primera parada en Trípoli, donde se reunió
con los demás actores del complejo escenario libio, como el
primer ministro del gobierno de unidad nacional Abdul Hamid
Mohammed Dabaiba, y el presidente del Consejo Presidencial,
Mohammed Yunis Ahmed Al-Menfi.
Acompañaron a Meloni los ministros Anna Maria Bernini,
Orazio Schillaci y Andrea Abodi, quienes firmaron declaraciones
con sus homólogos en materia de cooperación universitaria e
investigación, salud, deporte y juventud, en el marco del Plan
Mattei para µfrica.
Para Roma es "importante realizar elecciones presidenciales
y parlamentarias", relanzando la mediación de las Naciones
Unidas, tras la dimisión hace menos de un mes del enviado de la
ONU para Libia, Abdoulaye Bathily.
Meloni aseguró de promover un enfoque unido de la comunidad
internacional con los socios europeos y atlánticos.
Sin embargo, la realidad es compleja.
Haftar -quien intentó en vano atacar Trípoli hace cinco
años- definió hace unas semanas el margen para una solución
política como "estrecho".
Y en ese rompecabezas la variable de Moscú importa mucho.
No es casualidad que la premier intentara plantear la
cuestión al general, quien en septiembre de 2023 fue recibido
por el presidente ruso, Vladimir Putin, y que a finales de
enero, mientras Meloni se reunía con Dabaiba en Roma, recibió a
su vez al viceministro de Defensa ruso, Yunus- Bek en Bengasi
Yevkurov.
En el fondo, se negociaba para conceder la base naval de
Tobruk, que se convertiría en el segundo cuartel general de la
flota rusa en el Mediterráneo.
Un escenario aún más preocupante con el agravamiento de la
crisis en Ucrania.
Con Haftar, informó el Palazzo Chigi, la primer ministro
también habló de iniciativas en los sectores agrícola y
sanitario en Cirenaica, reiterando la voluntad de Italia de
contribuir a la reconstrucción de Derna, afectada el año pasado
por una dramática inundación.
Mientras, los últimos 57 migrantes (otro murió durante la
travesía) partieron en un barco desde Zuwarah, en la costa
occidental de Libia, y llegaron a Lampedusa tras ser rescatados
por la ONG Nadir.
Los datos del Ministerio del Interior siguen confirmando un
descenso de los desembarcos respecto al año pasado.
La cooperación, señalaron fuentes italianas, dio "resultados
importantes" y debe ampliarse aún más, "también desde una
perspectiva regional", como lo han hecho Túnez y Argelia.
La misión en Libia continuará, pero en la votación de las
próximas horas en la Cámara, el PD y el M5s votarán no a la
parte de la resolución relativa a la asistencia a la guardia
costera libia.
Desde el aeropuerto de Trípoli, donde el consorcio italiano
espera condiciones seguras y legales para finalizar las obras,
hasta el tema energético Meloni reiteró "el compromiso de
trabajar en todos áreas de interés común a través de una
asociación igualitaria".
Y con vistas a nuevas oportunidades de inversión, la
premier y Dabaiba "han decidido organizar un foro empresarial
italo-libio antes de finales de año (ANSA).