Por Luigi Spera
(ANSA) - RIO DE JANEIRO, 05 MAG - El estado brasileño de Rio
Grande do Sul está de rodillas: el balance es de al menos 75
muertos, 107 desaparecidos y 95.700 desplazados. Medio millón de
hogares se encuentran sin electricidad y 839 mil sin agua.
Muchas carreteras quedaron cubiertas por el barro, arrasadas por
la inundación: en total, 113 quedaron intransitables. El sector
productivo del estado, la cuarta economía del país, está
destruido.
Por este motivo, el presidente Inacio Lula da Silva recogió
el llamamiento del gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo
Leite, para movilizar al gobierno para responder a las
inundaciones que han puesto de rodillas a un estado donde el 40%
de sus habitantes son de ascendencia italiana.
Durante su visita al estado, Lula sobrevoló la zona afectada
e inmediatamente después anunció fondos para reconstruir las
carreteras, reiniciar las operaciones en el puerto, devolver a
los niños a la escuela y garantizar la asistencia sanitaria.
"No faltarán recursos para la reconstrucción", aseguró.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó su
cercanía al "Véneto brasileño", así como al papa Francisco,
declarando su "cercanía más sincera y la del gobierno italiano a
las poblaciones afectadas".
El cónsul general de Porto Alegre, Valerio Caruso, habló de
un "escenario apocalíptico".
Para el campeón mundial italiano de tenis playa Alex
Mingozzi, que vive en Porto Alegre desde hace 10 años, la
situación es "catastrófica".
"Tengo amigos que están aislados y no pueden salir de casa",
dijo a ANSA. "Vivo en Porto Alegre desde hace 14 años y nunca
había visto algo así. Es dramático", afirmó el italiano Antonio
de Ruggiero, profesor de Historia Contemporánea en la
Universidad Pontificia de Rio Grande do Sul, que se convirtió en
un refugio para los desplazados de la ciudad.
La tragedia en Brasil generó conmoción en Italia y el
Vaticano. En el Regina Caeli el Papa aseguró sus oraciones por
la población afectada.
La primera ministra Meloni en la red social X que se enteró
"con dolor" de la "tremenda inundación que azotó Rio Grande do
Sul, poniendo de rodillas a la ciudad de Porto Alegre, en
Brasil".
"Mi más sincero pésame y el del gobierno italiano para las
poblaciones afectadas", escribió.
El embajador de Italia en Brasilia, Alessandro Cortese, se
mostró especialmente cercano a la región, que acaba de regresar
de una misión en la Sierra Gaucha y la definió como "una tierra
maravillosa a la que Italia está muy unida por los indisolubles
vínculos históricos, lingUística y tradiciones gracias a una
comunidad ítalo-brasileña que en los últimos 150 años hicieron
una contribución fundamental al crecimiento de la sociedad".
(ANSA).