Por Alberto Zanconato
(ANSA) - MOSCU, 26 APR - El control de las autoridades rusas
a periodistas, en particular aquellos críticos de la
intervención militar en Ucrania, persiste: de hecho, el último
caso es el de Serguéi Mingazov, periodista de la edición rusa de
la revista Forbes, detenido por haber compartido una publicación
en su canal de Telegram sobre el descubrimiento de fosas
comunes, en 2022, en Bucha, en la región de Kiev, donde se acusa
al ejército ruso de cometer una masacre contra civiles.
El gobierno de Moscú siempre rechazó las acusaciones, las
cuales, sin embargo, varios periodistas y opositores internos
siguen citando en sus intervenciones contra el conflicto.
Para ellos, como para el propio Mingazov, la acusación es
la de "difundir noticias falsas sobre las Fuerzas Armadas".
Un delito introducido en una reforma del código penal en
2022, inmediatamente después del inicio de la operación militar
en Ucrania, que puede acarrear penas de hasta diez años de
prisión.
Según estimaciones del sitio web independiente Meduza,
hasta el momento 132 personas fueron condenadas por este cargo.
Uno de los oponentes más famosos, el excampeón mundial de
ajedrez Garry Kasparov, también terminó en el punto de mira de
la justicia rusa, contra la cual un tribunal de la ciudad de
Syktyvkar emitió una orden de arresto, al ser acusado de haber
creado una "comunidad terrorista", así como de financiar
"actividades terroristas" y de haber incitado públicamente al
terrorismo.
La misma medida se tomó contra varios otros activistas,
incluido Ivan Tyutrin, con quien Kasparov fundó la organización
de oposición Foro Rusia Libre (FRF) en 2016.
Kasparov, quien abandonó Rusia en 2013, ahora vive en Nueva
York.
Mientras, en el territorio ucraniano continuaba el lento
avance ruso, con las fuerzas de Kiev retirándose en las últimas
horas de una zona fortificada clave en el asentamiento de
Krasnogorovka, en la región de Donetsk.
Así lo hicieron saber las autoridades de la autoproclamada
república de Donetsk, anexada por Moscú.
Pero ante las dificultades y la falta de hombres en la línea
del frente, Kiev trataba de responder multiplicando las
incursiones en territorio ruso.
Acciones que, según afirmó en una entrevista al Financial
Times el jefe del
Estado Mayor británico, Tony Radakin, serán aún más frecuentes
con el uso de nuevas armas suministradas por Occidente.
Por ejemplo, la inteligencia militar ucraniana afirmó en
las últimas horas que había destruido un helicóptero de
transporte militar Ka-32 perteneciente al Ministerio de Defensa
ruso en el aeropuerto de Ostafievo, en Moscú.
La misma fuente difundió un video, no muy claro, en el que
se pueden ver llamas envolviendo lo que en realidad parece ser
un helicóptero, pero no aclaró por qué medio se llevó a cabo el
ataque.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso dijo que las
fuerzas de Moscú bombardearon un convoy en Ucrania que
transportaba "armas y equipo militar" de Occidente.
El ataque, precisó el ministerio, fue llevado a cabo por
aviación, fuerzas de misiles y artillería en la zona del
asentamiento de Udachnoye, en la región de Donetsk.
Un anuncio realizado después de que una importante fuente
de seguridad ucraniana dijera que, en las últimas semanas, los
rusos han intensificado los ataques contra la red ferroviaria
del país en un intento de "paralizar" los suministros militares,
en particular los occidentales.
La misma fuente añadió que se trata de "un método clásico
antes de una ofensiva", lo que confirmaría la intención de Moscú
de lanzar un ataque a gran escala entre mayo y junio, como ya
dijeron Kiev y los aliados occidentales.
Sin embargo, Moscú volvió a asegurar que no tiene intención
de atacar a los países de la OTAN, tras las repetidas alarmas
surgidas desde Europa y Estados Unidos en los últimos meses.
"No tenemos ningún interés geopolítico o militar en atacar
a los países miembros" de la Alianza, afirmó el ministro de
Defensa, Serghei Shoigu.
"Rusia no representa un peligro para nadie en Europa y
esperamos que nadie en Europa represente un peligro para" el
país, reiteró el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
"No creo que estemos en vísperas de un ataque de Rusia a un
país de la OTAN", afirmó, por su parte, Antonio Tajani.
"No creo que Moscú quiera llegar tan lejos y no hay señales
en esa dirección", insistió el jefe de la Farnesina (cancillería
italiana). (ANSA).