(ANSA) - TEL AVIV, 26 APR - "Es la última oportunidad antes
de la operación militar contra Rafah", advierte Israel a Hamás,
y aclara además que no tolerará otras pérdidas de tiempo en el
tema de los rehenes: o se llega a "un acuerdo en un futuro
próximo, o el ejército entrará" a la ciudad del sur de la
Franja de Gaza, refugio de más de un millón de palestinos y,
para el Estado judío, última fortaleza de los terroristas y
escondite para los secuestrados.
El mensaje fue enviado enérgico y claro mediante Egipto que,
preocupado por un masivo éxodo de refugiados hacia el Sinaí en
caso de irrupción en Rafah, envió a Tel Aviv a una delegación de
alto nivel, encabezada por el jefe de la inteligencia, Abbas
Kamel, en el intento de destrabar el impasse y conjurar aquello
que ya, en las intenciones de Benjamin Netanyahu, se muestra
como inevitable.
Un alto funcionario israelí, que definió los coloquios como
"muy buenos", dirigidos con "espíritu constructivo" y portadores
de "progresos", refirió que a los delegados de El Cairo, Israel
transmitió sus condiciones: Hamás debe liberar al menos 33
rehenes, como propusieron los propios egipcios. Se trata del
número de mujeres, ancianos y heridos aún con vida, de los
alrededor de 130 rehenes mantenidos -vivos o muertos- en la
Franja, según un balance de la inteligencia israelí citada por
el Jerusalem Post que, sin embargo, no menciona el destino de
los hombres por debajo de los 50 años.
A cambio de esto, el Estado judío, que permanece firme en su
decisión de terminar la guerra antes de tiempo, se dijo
disponible a permitir a los palestinos volver al norte de Gaza
-agregó el mismo funcionario-, retirando asimismo al ejército
del Corredor Netzarim, el camino que parte en dos a la Franja y
desde donde los militares impiden el acceso al sur.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony
Blinken, portavoz de la oposición norteamericana al ingresó a
Rafah sin una evacuación previa, masiva y necesaria de los
civiles, está a punto de regresar a Israel una vez más para
discutir todo el dosier.
El jefe del Departamento de Estado no llegará antes del
martes, mientras que durante el fin de semana la guerra en Gaza
estará en la agenda de los diplomáticos árabes, estadounidenses
y europeos y de los funcionarios de la ONU reunidos en el Foro
Económico Mundial en Riad.
En tanto, el conflicto se intensifica en la frontera norte
de Israel: la IDF anunció haber matado en un raid con drones a
un exponente de relieve de la Jamaa Islamyia, Mosab Khalaf,
mientras conducía su automóvil en una carretera cercana a
Meidoun, en el distrito de Begaa occidental, una de las
fortalezas de Hezbolá en el sur del Líbano.
Conforme al ejército, Khalaf "lideró y llevó adelante
numerosos ataques" desde el Líbano contra objetivos israelíes,
sobre todo en el área del Monte Doy, y estaba coordinando
agresiones con la rama libanesa de Hamás.
Justamente en la zona del Monte Doy, un civil que trabajaba
como operario para el ejército en el refuerzo de las barreras
defensivas en el confín, fue asesinado la noche del jueves en un
ataque con cohetes antitanque de Hezbolá. El camión en el que
viajaba fue un blanco pleno, y la IDF luego dijo que había
apuntado a la base de lanzamiento con artillería.
En Ramla, alrededores de Tel Aviv, volvió a surgir la
tensión cuando una joven de 19 años fue gravemente herida a
cuchilladas por un hombre que fue después muerto con disparos de
armas de fuego antes de agredir a otra víctima.
La policía divulgó que investiga lo ocurrido como sospecha
de atentado terrorista, pero también dijo que el agresor era
"mentalmente inestable".
Mientras abandonaba el lugar donde se hallaba para una
inspección, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir,
se vio comprometido en un accidente de tránsito: el coche en el
que viajaba con la hija y el chofer volcó.
Los tres sufrieron heridas leves. Un testigo ocular dijo a Ynet
que el automóvil de Ben Gvir cruzó con el semáforo en rojo y se
estrelló contra otro vehículo. (ANSA).