Por Massimo Lomonaco
(ANSA) - TEL AVIV, 03 APR - Con una decisión sorpresiva,
Benny Gantz altera al gobierno de guerra de Benjamin Netanyahu e
invoca el voto anticipado en Israel para septiembre. La ruptura
del líder centrista -y ministro del Gabinete de Guerra al que se
unió hace meses- se produjo después de nuevas manifestaciones
callejeras contra el ejecutivo en nombre de nuevas elecciones.
Incluso hoy se repitieron en la Knesset con el doble objetivo de
impugnar a Netanyahu, y presionar al gobierno para que llegue a
un acuerdo que conduzca a la liberación de los rehenes que aún
se encuentran retenidos en Gaza.
Difícil comprender si la propuesta de Gantz recepcionará las
adhesiones necesarias para concretarse en un retorno a las urnas
pero, en cualquier caso, marca una ruptura del frente interno
israelí, mientras no se frena la presión internacional por el
asesinato, en un raid en la Franja, de 7 operadores humanitarios
del World Central Kitchen (WCK).
El presidente estadounidense, Joe Biden, volvió a expresar
"indignación y condena" por el ataque y mañana tiene programada
una conversación telefónica con Netanyahu de la que es fácil
intuir los tonos y los contenidos.
"Deberemos acordar una fecha para llevar a cabo elecciones
generales en setiembre", anunció Gantz, ex jefe del Estado Mayor
actualmente en el primer lugar en los sondeos como posible
sucesor de Netanyahu. Su partido Unidad Nacional, se piensa va a
ocupar el primer lugar en el próximo Knesset. "Creo que la
propuesta que presento aquí de acudir a una fecha electoral
acordada -explicó en una rueda de prensa expresamente convocada-
permite que los combates y los esfuerzos nacionales continúen",
pero que el país recupere la unidad.
En el corto plazo llegó la respuesta de Netanyahu. "Gantz
-replicó el Likud, o bien el partido del premier- debe dejar de
ocuparse de la pequeña política. El gobierno seguirá adelante
hasta que alcance todos los objetivos de esta guerra".
Tibio, pero por razones opuestas a las del Likud, el otro
líder centrista, Yair Lapid, que no ingresó al gobierno. "El
Estado de Israel -advirtió- no puede esperar otros seis meses
antes de que el peor, más peligroso y fallido gobierno de la
historia del país vuelva a casa".
El hecho es que Israel -y Gantz en su intervención lo
subrayó- está siempre más aislado a nivel internacional. Biden
se dijo "indignado y dolorido por la muerte de siete operadores
humanitarios de la WCK, entre ellos, un estadounidense.
Proporcionaban alimentos a civiles hambrientos en el medio de la
guerra. Su muerte es una tragedia".
Y luego atacó a Israel que "no hizo lo bastante para
proteger a los operadores humanitarios", y "no hizo también lo
bastante siquiera para proteger a los civiles".
A continuación insistió sobre el hecho de que la investigación
prometida por Israel "debe ser rápida, individualizar las
responsabilidades y sus resultados deben ser de conocimiento
público".
No obstante Estados Unidos no es el único. Luego de Gran
Bretaña, también Polonia -que llora a una víctima entre los 7
asesinados en Gaza- convocó al embajador israelí, y el premier
Donald Tusk advirtió que la agresión a los voluntarios está
poniendo "en prueba" la solidaridad de Varsovia con el Estado
judío. A su vez, el premier español, Pedro Sánchez, definió la
respuesta dada por Netanyahu a la incursión como "insuficiente e
inaceptable".
"Fue un error que no debió hacer sucedido", se limitó a
decir hoy el jefe del Estado Mayor de las fuerzas militares
israelíes (IDF), Herzi Halevi, luego de que ya el martes el
ejército asumió la responsabilidad de lo que el propio premier
definió como "un trágico incidente".
En el día 180 de la guerra, los muertos en Gaza por las
incursiones israelíes -de acuerdo con datos de Hamás que no
fueron posibles de verificar en un modo independiente- llegaron
a 33.000 con 75.577 heridos: en las últimas horas fueron 59 los
palestinos fallecidos.
Mientras en las tratativas en curso en El Cairo, el líder de
Hamás, Ismail Haniyeh, reiteró que "sin el retiro de Israel de
Gaza" y "un alto el fuego permanente" no habrá ningún acuerdo.
Exigencias que el gobierno de Netanyahu secamente ya rechazó.
(ANSA).