SANTIAGO DE CHILE, 16 (ANSA)- Un jerarca de los servicios de
inteligencia de Chile durante la sangrienta dictadura de Augusto
Pinochet continuaba operando y acaso vigilando desde prisión,
donde se le secuestró instrumental de alta tecnología e informes
de diversos ciudadanos. Al ex mayor de Ejército, Alvaro Corbalán, condenado a cadena
perpetua por emblemáticos crímenes de violaciones a los derechos
humanos, le encontraron en su celda número 8 de Punta Peuco una
notebook, un teléfono celular de última generación y dos módem
portátiles de acceso a Internet de banda ancha. Con esos aparatos mantenía contacto con el exterior del
presidio. Pero además tenía en su poder 30 cédulas de identidad,
fichas con nombres de uniformados y hasta de ministros de
Justicia. Así, el protagonista de la lucha represiva de la dictadura en
los años 80, el heredero del general Manuel Contreras, pero
también el "rey" de la incipiente bohemia santiaguina bajo el
toque de queda impuesto por los militares, sigue provocando aún
hoy miedo. Las revelaciones fueron de Informe Especial, un ciclo de
Televisión Nacional, el cual dio cuenta de que en un sillón con
doble forro encontraron 50 carpetas con información clasificada
de causas sobre violaciones a los derechos humanos.
En un allanamiento habitual de Gendarmería a todo el módulo 1
de la cárcel exclusiva para militares de Punta Peuco, ubicada a
20 kilómetros de Santiago, se hallaron órdenes de seguimiento a
personas, oficios reservados e información respecto a 18
operaciones efectuadas en clave. El material fue requisado en marzo y puesto a disposición de
la fiscalía de Chacabuco mientras Gendarmería castigó a Corbalán
con la suspensión de visitas por un mes y el traslado de la
celda donde había estado durante 11 años cumpliendo condena or
el crimen del carpintero Juan Alegría, asesinado para atribuirle
el degollamiento del dirigente sindical Tucapel Jiménez, en
1982.
Nelson Caucoto, abogado a cargo de la mayor parte de las mil
causas que se siguen en tribunales por violaciones a los
derechos humanos, reconoció que es "inquietante, pues Corbalán
fue el máximo jefe de la lucha antisubversiva de los años 80 y
es un personaje muy importante en las investigaciones que llevan
adelante los jueces. Cualquier información va a ser muy
interesante. Hay que indagar si de esos antecedentes se pueden
alimentar las investigaciones actuales". El ex jefe operativo, destinado en 1974 a las instituciones
de inteligencia del Ejército y luego a la Central Nacional de
Informaciones (CNI) que reemplazó a la disuelta Dirección
Nacional de Inteligencia (DINA) que manejaba el general Manuel
Contreras, está procesado además por la muerte de 11 militantes
del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), en la denominada
Operación Albania, operativo conjunto que se realizó en forma
simultánea en varias comunas de la capital en 1987.
Corbalán quería vengar la muerte de los escoltas de la
comitiva del dictador Pinochet atacada por un comando del FPMR
en septiembre de 1986. Esa misma noche, la CNI secuestró desde
sus casas y fusiló a cuatro opositores al régimen de facto,
entre ellos el editor internacional de la revista Análisis, el
periodista José Carrasco.
Entre las fichas incautadas, está la carpeta 50-12 donde hay
un memorándum secreto de 1986 sobre la actitud de un comisario
de Carabineros que Corbalán calificó de contrario a la
dictadura.
Lionel Acuña, mayor de carabineros a cargo de la tercera
comisaría de Santiago en 1986, la más importante de entonces en
el país, recordó que a ese retén fueron llevadas las principales
figuras políticas detenidas tras el atentado a Pinochet.
Acuña detalló que sus teléfonos estaban intervenidos y eran
objeto de seguimientos, lo que se ratificó cuando los tribunales
dispusieron la libertad de Ricardo Lagos, futuro mandatario
(2000-2006) en democracia. La orden de liberación llegó al caer
la noche por lo que Lagos se negó a abandonar el recinto. Acuña
ofreció llevarlo en su automóvil personal hasta su casa, un
largo trayecto que fue seguido por dos vehículos de la CNI. Para el abogado Caucoto, "si hay un sucesor del general
Manuel Contreras ése es Corbalán" y apunta que "es imposible
pedirle a Corbalán que no siga desde su celda haciendo
inteligencia. Es así. Están condicionados a buscar información
donde puedan, lo importante de esa inteligencia es que esa
información no derive en crímenes en el futuro". Por eso, para Gendarmería, lo más grave es la carpeta sobre
los ex ministros de justicia y del alto mando del penal de Punta
Peuco que contenía fechas de cumpleaños, hijos, datos
profesionales y copias de carné de identidad.
Los informes cuentan con comentarios en sus costados que
empezaron a hacerse en 2008.
MBA-ADG/ACZ
16/07/2015 21:27
|