Por Fausto Gasparroni
CIUDAD DEL VATICANO, 2 (ANSA)- El papa Francisco invitó a
todos a rezar "para que la responsabilidad política sea vivida a
todos los niveles como forma alta de caridad". Lo hizo -refirió Radio Vaticana- en la intención universal de
plegaria propuesta a todos los católicos para el mes de julio. En un momento en que tensiones cada vez más fuertes
atraviesan la política, desde los temas económicos a las
reformas, desde la inmigración al trabajo, desde los casos de
corrupción a la dramática situación internacional, el pontífice
-en un llamado al bien común dirigido a "todos los niveles" de
responsabilidad- volvió a evocar la definición usada por Paulo
VI, para quien "la política es una de las formas más altas de
caridad". No es la primera vez que el Papa usa esa formulación, que le
resulta particularmente grata. Ya como arzobispo de Buenos
Aires, en ocasión del Bicentenario de la nación argentina, el
cardenal Jorge Mario Bergoglio dio un discurso donde dijo que
"cada uno de nosotros debe recuperar cada vez más concretamente
su identidad personal como ciudadano, pero orientado a bien
común". Y "si el ciudadano es alguien convocado y obligado a
contribuir al bien común, por eso mismo hace política, que según
el magisterio pontificio es una forma alta de la caridad". En su manifiesto programático, la encíclica "Evangelii
gaudium", el Papa afirmó luego que "la política, tan denigrada,
es una vocación altísima, es una de las formas más preciosas de
caridad, porque busca el bien común". "Ruego al Señor -escribía- que nos regale más políticos a
quien les importe realmente la sociedad, el pueblo, la vida de
los pobres". El Papa pide a los políticos que buscan no su propio
beneficio sino la dignidad humana. El peligro -dijo repetidas
veces- es caer en la corrupción. Lo explicó significativamente en la misa en San Pedro para
los parlamentarios italianos, el 27 de marzo del año pasado,
cuando recordó que el corrupto es quien tiene tan endurecido
el corazón como para no escuchar más la voz de Dios, y se ha
cerrado a las necesidades de la gente interesándose sólo en sus
cosas y las de su partido. "Hombres de buenas maneras, pero de malas costumbres", dijo
de los corruptos con palabras luego tomadas en préstamo por el
presidente italiano, Sergio Mattarella, en su discurso de
asunción, que oprimen al pueblo con muchas cargas que ellos no
tocan siquiera con un dedo. El pecador siempre puede arrepentirse, porque Dios "es
misericordioso y nos espera a todos", pero el corrupto es
irremovible porque se justifica a sí mismo y es difícil
que "consiga volver atrás", indicaba el Papa. Sobre la cuestión de la corrupción, Francisco insistió varias
veces con severidad: también con auténticos llamados a la
"conversión", como en la bula de llamado al Jubileo
extraordinario, la "Misericordia vultus". En el centro de la reflexión del Papa está siempre el tema de
la dignidad humana.
Lo reiteró también ayer, manifestando su preocupación por la
situación de Grecia y afirmando su "cercanía con todo el pueblo
griego -dijo el vocero vaticano, Federico Lombardi- con un
pensamiento especial para las muchas familias gravemente
afectadas por una crisis humana y social, tan compleja
y sufrida". "La dignidad de la persona humana -es el pensamiento del
pontífice- debe permanecer en el centro de todo debate político
y técnico, así como en la asunción de decisiones responsables". Entretanto, hoy Francisco volvió sobre la defensa del
planeta, otro punto cardinal de su pontificado, en el centro de
la reciente encíclica "Laudato si". "Un gran desafío: dejar de
arruinar el jardín que Dios nos ha confiado para que todos
puedan gozar de él", escribió en su cuenta de Twitter.
GR-MI/ACZ
02/07/2015 18:36
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