Desde uno de los cráteres por encima de los 3000 metros, en el sudeste, continúa la emisión de cenizas volcánicas que cae sobre los países etnos y pone en dificultades al aeropuerto de Catania, que el domingo tuvo más de 20 vuelos entre desviados y cancelados, pero que hoy volvió a plena operatividad.
Mientras tanto, los instrumentos del INGV, el observatorio del Etna, en Catania, siguen registrando un nivel muy alto de tremor volcánico, una prueba de fuego de la energía en los conductos magmáticos internos.
La erupción en curso en el Etna es una espectacular erupción en la cumbre confinada en zonas aisladas, que las redes sociales hacen aún más atractiva con la publicación de vídeos e imágenes tomados desde posiciones más o menos seguras o con drones.
Es un espectáculo de gran fascinación y todo el mundo quiere un lugar en primera fila. Así se dispara el loco turismo de emociones a cualquier precio con el asalto al volcán activo más alto de Europa y con las estrechas carreteras provinciales del Etna atestadas de coches, autobuses, motos y todo tipo de medios de transporte.
Y los excursionistas, profesionales o improvisados, italianos y extranjeros, suben sobre todo de noche, cuando el rojo de la lava incandescente resalta y realza el espectáculo, haciéndolo aún más único y emocionante, pero también más peligroso.
La embestida supone grandes números, con miles de personas, durante el fin de semana, tanto que el Etna se transformará en el Roccaraso de Sicilia, pero con mayores riesgos relacionados con la presencia de un volcán activo y su imprevisibilidad.
Lanzando la alarma está el jefe del departamento de Protección Civil de la región siciliana, Salvo Cocina, que comunicó su preocupación por la "situación de riesgo al prefecto para que active a la policía y a los agentes viales". Lo hace en las redes sociales del departamento, publicando fotos de las pistas del Etna, sobre todo por la noche.
"Cientos de personas, casi todas bien equipadas y bien acompañadas por guías alpinos y volcanológicos -se lee en el posteo de Cocina- observan el excepcional fenómeno, pero ayer (domingo) por la tarde hubo una afluencia constante de mil personas desde la carretera provincial 92 y la carretera Milia, estacionando salvajemente en los márgenes de las estrechas carreteras, bloqueando la circulación en el plano de Vetore e imposibilitando el paso de los vehículos de emergencia".
La protección civil regional activó a cuatro de sus asociaciones de voluntarios, de Belpasso, Ragalna, Nicolosi y Adrano, para "dar asistencia a la población e inducir a los automovilistas a no circular por las carreteras ya atascadas".
"El tema -explicó Cocina - es combinar las necesidades de disfrute del volcán con las de seguridad". Y también rescatar a heridos en el Etna, con el riesgo, por ejemplo, de que la ambulancia no pueda llegar al lugar o no pueda acceder a un hospital porque la carretera provincial esté bloqueada.
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