La monja firma la disposición con la palabra "prefecta" (y no "prefecto" como indicó la Santa Sede en la comunicación de su nombramiento el 6 de enero), marcando también en el léxico un decisivo paso adelante en un mundo, el Vaticano, en el que la presencia femenina en los puestos más altos sigue siendo una pequeña minoría.
La misionera de la Consolata alarga así su paso, demostrando que su nombramiento no ha sido nada más que el de llenar una "cuota rosa". El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, de acuerdo con el Papa, ha puesto bajo administración especial dos congregaciones, nombrando a monseñor José Antonio Satué Huerto, delegado pontificio del instituto religioso clerical Instituto del Verbo Encarnado, y sor Clara Echarte, delegada pontificia del instituto religioso femenino Servidoras del Señor y de la Virgen de Matara, ambos de derecho diocesano, fundado en San Rafael (Argentina) y con sede principal en la diócesis de Velletri-Segni, en la provincia de Roma.
Las dos congregaciones ya estaban bajo observación desde hacía tiempo y eran objeto de "visitas" decididas por la Santa Sede.
En cuanto a la congregación femenina, un decreto del 8 de diciembre de 2024 recoge el informe de la visitadora Clara Echarte, quien reveló, según informa el portal católico Acistampa, "una grave deficiencia en lo que respecta al discernimiento vocacional, a la formación de las candidatas y de los religiosos, la gran inexperiencia y el número demasiado reducido de formadores, el estilo de vida, el servicio de gobierno, confiado a religiosos inexpertos, a veces todavía no incorporados definitivamente, y el apostolado".
Además, continúa el texto firmado por el cardenal Joao Braz de Aviz (entonces prefecto) y la hermana Brambilla, entonces secretaria del mismo dicasterio, "a pesar de las reiteradas y graves medidas tomadas por la Sede Apostólica, administrativas y penales, que a lo largo de los años han reconocido al fundador, el padre Carlos Buela, como culpable de los delitos de los que se le acusaba", es decir, el comportamiento inadecuado hacia los jóvenes seminaristas, presentado todavía por los religiosos y religiosas de su congregación "como un sacerdote injustamente perseguido por la Santa Sede, y con "las víctimas consideradas falsas e insinceras".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA