"Toda vida debe ser protegida, en todo momento, desde la concepción hasta la muerte natural, porque ningún niño es un error o es culpable de existir, así como ningún anciano o enfermo puede ser privado de la esperanza y descartado", agrega el Papa en su mensaje.
Frente a los embajadores, Francisco dice también ver cada vez más concreta la posibilidad de una guerra mundial y reclamó un rol más activo de la diplomacia.
"Ante la amenaza cada vez más concreta de una guerra mundial, la vocación de la diplomacia es favorecer el diálogo con todos, incluidos los interlocutores considerados más "incómodos" o que no se considerarían legitimados para negociar", dijo.
"Solo así se podrán romper las cadenas del odio y la venganza que aprisionan y desactivan las maquinaciones del egoísmo, del orgullo y de la soberbia humana, que son la raíz de toda voluntad beligerante que destruye", advirtió, al defender "una diplomacia de la esperanza".
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