Por Margarita Tulli. El punto de inflexión histórico estaba en el aire desde hacía algún tiempo: el Papa había dicho varias veces que quería nombrar a una mujer como jefa de un dicasterio y hoy decidió que sor Simona Brambilla será prefecta del que se ocupa de las órdenes religiosas.
Junto a ella estará un pro-prefecto, el cardenal Angel Fernández Artime, histórico rector de los Salesianos.
Otro nombramiento importante, llegado hoy, es el del cardenal Robert McElroy, que dirigirá la diócesis de Washington.
Es una de las figuras más progresistas de la Iglesia de Estados Unidos. Defensor de los derechos de los inmigrantes y de las personas LGBTQ+, McElroy, hasta ahora obispo de San Diego, nunca ha ocultado sus críticas a la política migratoria del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump.
Por tanto, una mujer asciende a uno de los puestos más altos de la jerarquía vaticana. Es religiosa, misionera, pero también experta en la lucha contra los abusos, una de las cuestiones más delicadas en las órdenes de la vida consagrada.
Proviene de esa congregación, los Misioneros de la Consolata, que tiene entre sus cardenales a Gilfredo Marengo, misionero en Mongolia, y que fue fundada por el sacerdote turinés Giuseppe Allamano a quien el Papa quiso proclamar santo el pasado mes de octubre.
Sor Brambilla nació en Monza el 27 de marzo de 1965. Después de obtener el diploma profesional de enfermería en 1986, ingresó en 1988 en el Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, donde emitió su primera profesión religiosa en 1991.
En 1998 obtuvo la licenciatura en psicología en el Instituto de Psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1999 viajó a Mozambique, donde trabajó en la pastoral juvenil en el Centro de Estudios Macua Xirima de Maua. De 2002 a 2006 fue profesora del Instituto de Psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana.
En 2011 fue elegida Superiora General del Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, y reelegida en 2017, hasta mayo de 2023. Desde 2019 es miembro del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. A partir de hoy es la prefecta.
La otra cita de hoy concierne a la Iglesia estadounidense: el Papa envía a Washington un cardenal anti-Trump, especialmente en lo que respecta a la protección de los derechos de los inmigrantes.
Un mensaje claro para el nuevo presidente que asumirá el cargo el 20 de enero. Trump, por su parte, anunció el 20 de diciembre que Brian Burch sería el nuevo embajador ante la Santa Sede.
Burch, fundador de CatholicVote, es conocido por sus críticas abiertas al pontificado del Papa Francisco y por sus posiciones fuertemente conservadoras. Por tanto, elecciones de ambas partes que subrayan su identidad y sus objetivos. Incluso si la Santa Sede todavía mira a Trump para entender si su presidencia puede desempeñar un papel en la pacificación de los conflictos en curso en muchas áreas del planeta.
El nombramiento de McElroy - que sustituye al cardenal Wilton Gregory, de 77 años, que dirige desde 2019 la archidiócesis de Washington, donde fue el primer arzobispo afroamericano, llega en vísperas del encuentro entre el Papa y el presidente saliente Joe Biden, previsto para el viernes 10 de enero.
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