Y las palabras del Pontífice son más significativas que nunca.
"En el Vaticano todavía sufrimos mucho por la desaparición, ocurrida hace más de cuarenta años, de una ciudadana nuestra, Emanuela Orlandi, que entonces tenía quince años. Sigo rezando por ella y por su familia, especialmente por su madre", afirma el Pontífice en un pasaje del libro que anticipa hoy ANSA.
"Hay una investigación abierta en el Vaticano para que se pueda arrojar luz sobre esta historia y la verdad salga a la luz -añadió Francisco-. Hablando de Emanuela, sin embargo, quiero que todas aquellas familias que lloran la muerte de un ser querido sientan el mi cercanía. Estoy al lado de ellos".
La declaración del Papa sobre lo que sigue siendo uno de los mayores misterios de la historia italiana y vaticana llega casi al mismo tiempo que el inicio de los trabajos de la comisión parlamentaria de investigación sobre los casos de Emanuela Orlandi y Mirella Gregori.
Y el valor de sus palabras, como nuevo y fuerte impulso hacia la verdad y la claridad, fue inmediatamente subrayado por Pietro Orlandi, hermano de la hija de quince años de un empleado de la Casa Pontificia, desaparecida en el centro de Roma el 22 de junio de 1983.
"Soy palabras importantes, no sólo palabras de cercanía sino palabras sobre la necesidad de llegar a la verdad", dijo a ANSA.
"Es un mensaje dirigido al promotor de justicia (del Vaticano, Alessandro= Diddi, responsable de investigar a través de la investigación que el propio papa Francisco quiso el año pasado", observó.
Y "lo veo también -prosiguió Pietro Orlandi- como un mensaje dirigido a quienes saben pero no hablan, una invitación a abrirse y a colaborar".
El hermano de Emanuela definió luego las del Papa como "palabras importantes también para la nueva Comisión parlamentaria instalada ayer, para que pueda contribuir positivamente a la búsqueda de la verdad".
Hasta el momento, en estos 11 años de pontificado, sólo hubo otra intervención pública del Papa Bergoglio sobre el caso Orlandi, desde aquel primer y brevísimo saludo con la familia en la iglesia de Santa Ana en el Vaticano el 17 de marzo de 2013, a sólo cuatro días de su nombramiento como Pontífice.
El 25 de junio del año pasado, durante el Ángelus, el Papa recordó el cuadragésimo aniversario de la desaparición de Emanuela, expresando "la cercanía a su familia, especialmente a su madre", y extendiendo luego su oración a todas las personas desaparecidas.
Fue la primera vez, desde 1984, que un Pontífice mencionó públicamente a Emanuela Orlandi.
Pero su gesto más importante fue haber reabierto, el 9 de enero del año pasado, un expediente de investigación dirigido al fiscal vaticano Alessandro Diddi y a la Gendarmería, en el que se reunieron testimonios, incluso de personalidades vaticanas, y se adquirieron nuevos elementos.
Precisamente es esa la investigación a partir de la cual el Pontífice espera ahora que, sobre el misterio de la "niña del Vaticano", "se pueda arrojar luz" y "emerja la verdad".
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