"Es especialmente preocupante el aumento de los actos antisemitas ocurridos en los últimos meses; y una vez más reitero que esta lacra debe ser erradicada de la sociedad, sobre todo con la educación en la fraternidad y la aceptación del otro" , afirmó el Papa Francisco en la audiencia con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
"Igualmente preocupante es el aumento de la persecución y la discriminación contra los cristianos, especialmente en los últimos diez años", añadió el Pontífice.
Esto último, subrayó Francisco, "se refiere no pocas veces, aunque de manera incruenta, pero socialmente relevante, a fenómenos de lenta marginación y exclusión de la vida política y social y del ejercicio de ciertas profesiones que se dan también en tierras tradicionalmente cristianas".
Son más de 360 ;;millones de cristianos en el mundo los que sufren un alto nivel de persecución y discriminación a causa de su fe, y cada vez son más los que se ven obligados a huir de sus países de origen, detalló el Papa.
Según Jorge Bergoglio, "el camino hacia la paz pasa también por el diálogo interreligioso, que exige ante todo la protección de la libertad religiosa y el respeto a las minorías". "Es doloroso, por ejemplo, constatar -observó- cómo crece el número de países que adoptan modelos de control centralizado de la libertad de religión, con el uso masivo de la tecnología".
En otros lugares, añadió, "las comunidades religiosas minoritarias se encuentran a menudo en una situación cada vez más dramática. En algunos casos corren peligro de extinción, debido a una combinación de acciones terroristas, ataques al patrimonio cultural y medidas más sutiles como la proliferación de leyes anticonversión, manipulación de las reglas electorales y restricciones financieras".
Y reiteró una vez más su llamado a la paz. "Para lograr la paz no basta simplemente con eliminar los instrumentos de guerra, es necesario erradicar las causas profundas de las guerras, en primer lugar el hambre, una plaga que todavía afecta a regiones enteras de la Tierra, mientras que en otras hay enormes cantidades de alimentos residuos", dijo el Papa.
"Luego está la explotación de los recursos naturales, que enriquece a unos pocos, dejando en la miseria y la pobreza a poblaciones enteras, que serían los beneficiarios naturales de estos recursos. A esto está relacionada la explotación de las personas, obligadas a trabajar mal remunerados y sin perspectivas reales. de crecimiento profesional", amplió ante los embajadores.
"Entre las causas de los conflictos también se encuentran las catástrofes naturales y medioambientales", prosiguió, reconociendo que "ciertamente hay catástrofes que la mano del hombre no puede controlar. Pienso en los recientes terremotos en Marruecos y China, que causaron cientos de víctimas, así como el que afectó duramente a Turquía y parte de Siria y dejó tras de sí una terrible estela de muerte y destrucción. Pienso también en la inundación que afectó a Derna en Libia, destruyendo efectivamente la ciudad, también debido al colapso concomitante de dos represas".
"Sin embargo, hay desastres que también son atribuibles a la acción o negligencia humana y que contribuyen gravemente a la actual crisis climática, como la deforestación de la Amazonía, que es el 'pulmón verde' de la Tierra", advirtió.
El Pontífice recordó que "la crisis climática y medioambiental fue el tema de la XXVIII Conferencia de los Estados Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), celebrada en Dubai el mes pasado, en la que lamento no poder participar personalmente" y que comenzó junto con el anuncio de la Organización Meteorológica Mundial de que 2023 "fue el año más cálido en los 174 años registrados anteriormente".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA