(ANSA) CIUDAD DEL VATICANO, 28 - "Vivimos tiempos difíciles, con conflictos y guerras esparcidas por el mundo, porque ya nadie escucha. Los insto a hacerlo, atrévanse a construir un mundo diferente, un mundo de escucha, de diálogo y de apertura". Lo dice el Papa en el Mensaje para el 46º encuentro europeo organizado por la Comunidad de Taizé.
"Queridos amigos, continúa el mensaje a la reunión de los jóvenes de Taizé en Liubliana, Eslovenia, enviado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en nombre de Francisco, vivimos en un mundo lleno de ruido donde los valores del silencio y de la escucha están sofocados".
"En este contexto los invito a redescubrir la dimensión profunda de la escucha. La escucha es un acto de amor. Está en el corazón de la confianza. Sin escuchar, pocas cosas pueden hacerla crecer o desarrollarse. La escucha permite dar a la otra persona el espacio que necesita para existir", subraya el Papa.
Francisco recuerda que "a menudo tenemos la impresión de que quien grita más fuerte es digno de ser escuchado.
Lamentablemente, hoy la violencia gana cada vez más terreno".
Por ello, el Papa invita a los jóvenes a "caminar juntos" para "cerrar el paso a la marginación, el cierre, la exclusión y el rechazo de categorías de personas, para convertirnos en constructores de puentes entre los pueblos, las culturas y las religiones, para un mundo estable y abierto".
"Debemos comprometernos a vivir como nuestro Maestro y Señor Jesús, que no excluyó a nadie en su camino", reconoció la presencia de Dios en quienes estaban al margen de la sociedad e incluso en las personas que no pertenecían a su pueblo", destaca Francisco.
Finalmente, el Pontífice pide a los jóvenes que den, con palabras y acciones, "un mensaje fuerte a nuestro mundo que rechaza las categorías vulnerables" y que concreten "sus sueños de amor, justicia y paz".
"Vivan el presente. No sacrifiquen su preciosa juventud en el altar del placer, la artificialidad y la superficialidad. No dejen que les roben tus sueños y ayuden a construir una sociedad digna de ese nombre", concluye el mensaje del Papa.
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