(ANSA) CIUDAD DEL VATICANO - "La corrupción socava los cimientos mismos de la sociedad. Al desviar recursos y oportunidades a quienes más los necesitan, la corrupción exacerba las desigualdades existentes".
Así afirma el Papa Francisco en un mensaje enviado a los participantes de la asamblea de partes de la Organización Internacional de Derecho para el Desarrollo (IDLO), que se celebra hoy en la sede de la cancillería italiana, en Roma.
"Por eso es necesario promover campañas de sensibilización que fomenten una mayor transparencia, responsabilidad e integridad, sentando así bases sólidas para construir una sociedad justa y virtuosa", agrega el Pontífice.
El Papa subraya que es en la infancia "donde se siembran las semillas, semillas de integridad, de honestidad y de conciencia moral, que favorecen una sociedad en la que la corrupción no encuentra terreno fértil para arraigar". "Es esencial que sigamos actuando para llegar a los más pobres, marginados y vulnerables, que a menudo no tienen a nadie que hable en su nombre, para que no sean vistos como descartados y excluidos", pide el Papa.
"Debemos asegurarnos de que nadie se quede atrás, especialmente las mujeres, los pueblos indígenas y los jóvenes", subraya.
Francisco destaca que "la justicia es la conditio sine qua non para alcanzar la armonía social y la fraternidad universal que tanto necesitamos hoy. Es también la virtud necesaria para construir un mundo en el que los conflictos solo se resuelvan pacíficamente, sin que prevalezca el derecho del más fuerte, sino la fuerza de la ley".
"Desgraciadamente -añade el Papa- estamos lejos de alcanzar este objetivo. En la compleja y ardua situación que vivimos, marcada por graves crisis interconectadas, el aumento de los enfrentamientos violentos, los efectos cada vez más dañinos del cambio climático, la corrupción y la desigualdad, es más urgente que nunca apoyar una justicia centrada en las personas con el objetivo de fortalecer sociedades pacíficas, justas e inclusivas".
En su mensaje, el Pontífice vuelve a hablar del cambio climático y de la necesidad de "justicia climática" y del "uso sostenible de los recursos naturales", elementos que pueden contribuir a "un mundo más justo y pacífico".
Para el Papa, el compromiso frente al cambio climático "es una cuestión de justicia intergeneracional. La degradación del planeta no solo impide una convivencia serena y armoniosa en el presente, sino que la disminuye enormemente si se mide el progreso integral de las generaciones futuras".
"La justicia, los derechos humanos, la equidad y la igualdad están fundamentalmente entrelazados con las causas y los efectos del cambio climático", concluye Francisco.
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