(ANSA) ROMA - La Iglesia está comprometida en la lucha contra los abusos "desde los tiempos de Benedicto XVI, que dio un impulso a la reacción contra esta plaga, que luego continuó con el Papa Francisco", dijo hoy el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, al comentar los datos divulgados ayer por los obispos italianos.
Un informe de la Confederación Episcopal Italiana (CEI), registra 54 víctimas de abusos en las diócesis italianas en 2022, de las cuales 35 son menores, entre ellos dos de menos de cuatro años de edad.
"La atención a las víctimas es fundamental y me parece que los mecanismos que se han previsto, también a nivel normativo, destacan este aspecto de atención, acompañamiento y ayuda a las víctimas en este fenómeno tan triste", dijo hoy el cardenal Parolin.
El responsable vaticano destacó también la importancia de los mecanismos de prevención: encontrar la manera de evitar que estas cosas sucedan en el futuro, encontrar la manera de reaccionar inmediatamente en caso de que sucedan.
"Me parece que la Iglesia -subrayó el Cardenal Parolin- está haciendo un esfuerzo, también con gran humildad".
El informe de la CEI sobre 2022 es demoledor. La mitad de los casos de acoso o violencia tienen lugar en los locales parroquiales, pero también hay denuncias en escuelas, campamentos parroquiales, actos diocesanos o reuniones de movimientos o asociaciones.
El informe fue presentado en Asís, al término de la asamblea general extraordinaria de la CEI, en la que la cuestión de los abusos fue, de hecho, uno de los temas de la reunión de tres días de los obispos italianos, que escucharon el testimonio en video de una de las presuntas víctimas.
Los datos -54 víctimas y 32 abusadores- son de casos denunciados el año pasado, pero se refieren sobre todo al pasado, porque a menudo se necesita tiempo para procesar lo vivido para llegar a la denuncia, como explican los expertos de la Conferencia Episcopal Italiana.
Por tanto, la Iglesia italiana sigue el camino emprendido: transparentar los abusos con investigaciones iternas, sin recurrir a comisiones externas e independientes, como han elegido en cambio otras conferencias episcopales de Europa y del mundo, por ejemplo España,. destacó el cardenal presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Matteo Zuppi.
Es difícil, por ejemplo, hablar hoy de encubrimiento, según Zuppi, arzobispo de Bolonia. "Hoy es difícil que uno pueda encubrir. Puede haber, y es casi un peligro mayor, una valoración no objetiva. Hoy hay muchos mecanismos para sacar a la luz casos de abusos, como "las directrices y la atención de la Santa Sede".
"Si tengo que hablar de mi categoría, dijo Zuppi refiriéndose a los obispos, el riesgo real es casi el contrario, que por prudencia se puedan iniciar procedimientos judiciales aunque sólo sea para verificar".
Y luego hay una Iglesia que escucha a todos, sin poner límites de tiempo: "En la Iglesia no hay prescripción.
Cualquiera, incluso años después, es escuchado. Siempre tenemos un proceso interno. En muchos casos, no se recurre a la vía penal porque el plazo ha prescrito. Pero no para nosotros", subraya Zuppi.
Palabras que destacan los avances de una Iglesia que lleva años en el banquillo de los acusados. Pero al mismo tiempo, los casos muestran que la lacra no está en absoluto curada. Además, hay cuarenta diócesis que no han activado ningún centro de escucha o de asistencia a las víctimas.
Entre los presuntos abusadores, todos hombres a excepción de un caso, un tercio son sacerdotes, un tercio religiosos y otro tercio laicos dedicados a la catequesis, la enseñanza religiosa o la pastoral juvenil. La mayoría de las víctimas son chicas (44) frente a chicos (10).
La Red L'Abuso rechaza la revelación de la Conferencia Episcopal Italiana: "Además de no denunciar los casos a las autoridades civiles, no aporta ningún dato sobre hechos, lugares, etc., y por tanto es inverificable", subraya la asociación.
En cuanto a los datos, son "sensiblemente inferiores a las denuncias recibidas por la Red de Malos Tratos durante el mismo año". 'Bla, bla, bla', comenta en resumen la Red de Malos Tratos.
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