"La conciencia y el deber moral me exigen declarar claramente que lo ocurrido el pasado 7 de octubre en el sur de Israel no es en modo alguno admisible y no podemos dejar de condenarlo. No hay razones para tal atrocidad. Sí, tenemos el deber de afirmar y denunciar", afirmó el Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, en una carta a la diócesis.
"La misma conciencia, sin embargo, con un gran peso en el corazón, me lleva hoy a afirmar con igual claridad que este nuevo ciclo de violencia ha provocado más de cinco mil muertes en Gaza, entre ellas muchas mujeres y niños, decenas de miles de heridos , barrios arrasados, falta de medicamentos, de agua y de productos de primera necesidad para más de dos millones de personas. Son tragedias que no son comprensibles y que tenemos el deber de denunciar y condenar sin reservas", añadió.
"Los continuos y fuertes bombardeos que han estado azotando Gaza durante días sólo causarán muerte y destrucción y sólo aumentarán el odio y el resentimiento, no resolverán ningún problema, sino que crearán otros nuevos. Es hora de detener esta guerra, esta guerra sin sentido, con violencia sin sentido", afirma el cardenal italiano.
Los dichos de Pizzaballa emergen de la extensa carta publicada en el sitio web del Patriarcado Latino de Jerusalén.

"Sólo poniendo fin a décadas de ocupación, y a sus trágicas consecuencias, y dando una perspectiva nacional clara y segura al pueblo palestino se podrá iniciar un proceso de paz serio", prosigue el religioso.
"Si este problema no se resuelve En el fondo, nunca habrá la estabilidad que todos esperamos", acota.
Según el patriarca, "la tragedia de estos días debe llevarnos a todos, religiosos, políticos, sociedad civil, comunidad internacional, a un compromiso más serio en este sentido que el que se ha hecho hasta ahora".
"Sólo así podremos evitar otras tragedias como la que estamos viviendo ahora -añade-. Se lo debemos a las muchas, demasiadas víctimas de estos días y de todos estos años. No tenemos derecho a dejar esta tarea a otros".
Asimismo, Pizzaballa subraya que "atravesamos uno de los períodos más difíciles y dolorosos de nuestra historia reciente" y que "desde hace más de dos semanas nos inundan imágenes de horror, que han despertado antiguos traumas, han abierto nuevas heridas y han hecho estallar el dolor".
"Dentro de todos nosotros hay frustración e ira. Muchos parece hablar de muerte y odio sin fin". Además, "el mundo entero mira esta Tierra Santa nuestra como un lugar que es causa constante de guerras y divisiones", destaca el cardenal.
Precisamente por esto "fue bonito que hace unos días el mundo entero se uniera a nosotros en una jornada de oración y ayuno por la paz. Una hermosa mirada a Tierra Santa y un momento importante de unidad con nuestra Iglesia", amplía en su misiva.
"Y esta mirada continúa. El próximo 27 de octubre el Papa ha anunciado un segundo día de oración y ayuno, para que nuestra intercesión continúe. Será un día que celebraremos con convicción. Quizás sea lo principal que los cristianos en este momento podemos hacer: orar, hacer penitencia, interceder. Y por esto damos gracias al Santo Padre desde el fondo de nuestro corazón", sostiene el cardenal.
Pizzaballa concluye rezando "por todos nosotros, y en particular por la pequeña comunidad de Gaza, que es la que más sufre". En particular, "nuestro pensamiento está dirigido a los 18 hermanos y hermanas fallecidos recientemente, y a sus familias, a quienes conocemos personalmente".
También pide rezar "por todas las víctimas inocentes", recordando que en la próxima "solemnidad de la Reina de Palestina, patrona de nuestra diócesis", "no podremos reunirnos todos este año, porque la situación no lo permitan, pero estoy seguro -reitera- de que toda la diócesis se unirá ese día para orar unida y solidaria por la paz".
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