(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 19 OTT - Doce sacerdotes
detenidos en Nicaragua se dirigen a Roma tras el acuerdo entre
el gobierno de Daniel Ortega y el Vaticano para su liberación y
posterior expulsión. Entre ellos no se encuentra el obispo
Rolando Álvarez, que habría rechazado de nuevo el exilio.
La noticia, comunicada directamente por el gobierno de
Ortega, ha sido confirmada por el Vaticano.
"Se ha pedido a la Santa Sede que reciba a doce sacerdotes
de Nicaragua recientemente liberados. La Santa Sede ha aceptado,
serán recibidos por un funcionario de la Secretaría de Estado
por la tarde y alojados en algunas estructuras de la diócesis de
Roma', informó el portavoz vaticano Matteo Bruni.
El precio de la liberación es, por tanto, el exilio, y el
obispo de Matagalpa, monseñor Álvarez, que lleva un año en
prisión por haber estado siempre en primera línea en la defensa
de los derechos humanos, habría optado una vez más por
permanecer en la cárcel para no abandonar a su pueblo.
Esto es lo que escribe La Prensa, el diario más leído de
Nicaragua, que también se ha visto obligado a trabajar fuera de
sus fronteras durante más de un año.
'El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la
República de Nicaragua no ha agotado sus recursos para
garantizar y defender la paz tan apreciada por las familias
nicaragüenses; este acuerdo, alcanzado con la intercesión de
altas autoridades de la Iglesia Católica en Nicaragua y del
Vaticano, representa la voluntad y el compromiso permanente de
encontrar soluciones, en reconocimiento y aliento a la fe y
esperanza que anima siempre a los creyentes nicaragüenses, que
son la mayoría', reza la nota del Gobierno de Managua.
Pero está claro que la decisión de liberar y luego expulsar
a estos doce sacerdotes, algunos de ellos condenados a más de 30
años de cárcel, sigue en la línea de las decisiones de Ortega,
que no ve en la Iglesia católica más que una organización
peligrosa del lado de la oposición.
Si este verano boreal había causado revuelo la confiscación
de la Universidad Centroamericana, la UCA, dirigida por los
jesuitas, hay que recordar que el régimen ya ha puesto fuera de
juego a un centenar de ONG y también ha echado a las monjas de
la Madre Teresa de Calcuta.
El primer expulsado de mala manera fue el nuncio apostólico,
monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, y desde marzo de 2022 el
Papa ya no tiene embajador en el país centroamericano.
No hay noticias sobre la suerte de Monseñor Álvarez. Es
probable que permanezca en prisión. Aunque algunos se temen lo
peor.
La abogada Martha Patricia Molina, que lleva años ocupándose
de la persecución a la Iglesia en Nicaragua, también en el
exilio (en Estados Unidos), en declaraciones a la emisora Ntn24
dijo que sabía de la existencia de 'un plan para asesinar al
obispo y luego anunciar que murió de muerte natural'. (ANSA).
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