(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 16 OTT - Por Fausto Gasparroni
El cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de
Jerusalén, aseguró hoy que la única solución para poner fin a la
actual crisis en Medio Oriente es "hallar un modo para hacer
regresar a los rehenes" y se ofreció para hacer un intercambio.
"¿Si estoy preparado para un intercambio? Cualquier cosa, si
esto también puede conducir a la libertad y traer a esos niños a
casa, no hay problema. Absoluta disponibilidad de mi parte",
dijo sin dudar en un encuentro online con un grupo reducido de
periodistas, al responder una pregunta sobre si estaría
dispuesto a ofrecerse como intercambio para liberar a los
jóvenes rehenes en manos de Hamas.
Respecto a la oferta de mediación de la Santa Sede, agregó,
"hemos dado nuestra disponibilidad al menos para intentar
recuperar a los rehenes, o al menos a una parte de ellos. Es muy
difícil porque para la mediación es necesario tener
interlocutores. Y al menos En este momento no se puede hablar
con Hamás".
Pizzaballa está convencido de que la única solución para
detener la crisis actual "y encontrar una salida" es "hallar una
manera de recuperar a los rehenes".
"Debemos hacerlo en la medida de lo posible, creo que en
este momento es el único elemento concreto. Creo que en este
momento un gesto que puede hacernos repensar esta deriva es
garantizar que los rehenes puedan regresar a casa. De lo
contrario, será muy difícil detener cualquier desarrollo",
señaló.
Por eso, reiteró, "estamos disponibles, también podemos
comprometernos personalmente, estamos preparados. Para cualquier
cosa que pueda aportar un mínimo de calma y desescalada, estamos
preparados".
El patriarca de Jerusalén, sin embargo, quiere "ser claro".
"No hay comprensión de lo que Hamás ha hecho, que quede
claro - señaló -. Dicho esto, queremos intentar ver si se puede
hacer una mediación para llevar a algunos de estos rehenes, tal
vez incluso a todos. Esto no significa que tengamos un canal de
comunicación: estamos buscando, creo que no es tan imposible
encontrar canales de comunicación. Pero seamos claros: el ataque
de Hamas el 7 de octubre, ya no sé de qué otra manera decirlo,
es injustificable, incluso incomprensible, moralmente
inaceptable".
De fondo también está la protesta del ministro del Exterior
israelí, Eli Cohen, con su par vaticano, monseñor Paul
Gallagher, por las posiciones ligeramente equidistantes que
muestran las Iglesias de Tierra Santa.
"Yo también tengo algunas dudas - admitió Pizzaballa -. El
ministerio del Exterior israelí está muy irritado, por decirlo
suavemente, por esos comunicados de prensa, el primero y el
segundo. Entiendo sus motivos, yo también tengo algunas dudas.
Por ser justos con las demás Iglesias, no quiero añadir nada
más".
Respecto a los temores sobre las consecuencias de una
posible invasión terrestre de Israel en Gaza, para el nuevo
cardenal "son esencialmente dos: el primero es, tras la
operación terrestre, no sé cómo se llama en términos técnicos,
la crisis humanitaria mucho más grave que se creará. Éste es el
primer temor, porque sin duda habrá muchas víctimas".
"Y el otro temor - agregó- es que este conflicto se
convierta en un conflicto regional, que incluya no sólo a Gaza o
posiblemente Cisjordania, sino también al Líbano, entonces
podría estallar el mundo islámico, todos los países árabes: es
muy difícil predecir acontecimientos, pero los temores de
expansión regional son reales".
En vísperas de la jornada de ayuno y oración por la paz en
Tierra Santa, que él mismo anunció para mañana, Pizzaballa la
define como "un hermoso signo de unidad", dado el apoyo de todas
las demás Iglesias.
Y en cuanto a la situación de los cristianos en la Franja,
alrededor de un millar de personas - hoy el Papa llamó por
teléfono a los sacerdotes y a las monjas de Gaza para decirles
"estoy cerca de ustedes" -, informan que están todos reunidos en
recintos eclesiásticos: alrededor de 500 en la iglesia latina,
400 en la ortodoxa griega y unos 300, incluidos musulmanes, en
la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes).
"Están todos en la parte norte, de donde deberían salir,
según las instrucciones del ejército israelí - explicó -. Pero
no salen, se quedan allí porque no saben adónde ir, y también
porque moverse es peligroso. La comida empieza a escasear.
Buscamos entre nuestros contactos para conseguir la mayor
cantidad de material posible, como comida, medicinas, agua y
gasóleo para los generadores".
Esta misma mañana, entre otras cosas, Pizzaballa mantuvo una
reunión de coordinación con las distintas agencias humanitarias
"para ver cómo se puede ayudar".
"Estamos tratando de insistir en que se abra al menos un
corredor humanitario para satisfacer las necesidades básicas que
ahora se necesitan desesperadamente. Estamos consternados,
asombrados por lo que ha sucedido y por la velocidad de los
cambios en curso. Y hay gran incertidumbre sobre lo que
sucederá", concluyó. (ANSA).
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