(ANSA) - TEL AVIV, 03 OTT - Otro nuevo episodio de
intolerancia por parte de algunos judíos ortodoxos se produjo
tras escupir al suelo mientras los peregrinos cristianos pasaban
en procesión por la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Lo ocurrido suscitó la ira del primer ministro israelí,
Benjamín Netanyahu, contra los sectores extremistas del mundo
ortodoxo, además de la denuncia del patriarca latino, el nuevo
cardenal Pierbattista Pizzaballa.
El incidente ocurrió en la Puerta de los Leones, una de las
entradas a la Ciudad Vieja.
Un grupo de ortodoxos (haredim) que se dirigía al Muro de
los Lamentos para las celebraciones de Sukkot (Fiesta de los
Tabernáculos), como lo demuestran las imágenes difundidas por
vídeos en las redes sociales, se encontró con algunos peregrinos
cristianos que salían de una iglesia con una cruz sobre los
hombros.
Al ver a los fieles, uno de los ortodoxos escupió en el
suelo, seguido inmediatamente por otros adolescentes y un joven.
Los peregrinos continuaron su camino.
El episodio no es más que el último -más de 20 según las
estimaciones del pasado mes de agosto y principalmente en
Jerusalén- de una serie repetida en los últimos tiempos que
alimentó una tensión creciente, denunciada varias veces por los
líderes religiosos cristianos de la ciudad y siempre condenada
por las autoridades israelíes.
Lo mismo ocurrió hoy y el premier se mostró decidido:
"Condeno firmemente - dijo - todos los intentos de intimidar a
los fieles y tomaré medidas inmediatas y decisivas contra todo
esto".
"Israel - insistió en X- se comprometió a salvaguardar el
sagrado derecho de culto y de peregrinaje a lugares santos de
todas las creencias. Un comportamiento ofensivo hacia los fieles
es un sacrilegio inaceptable".
Esas palabras fueron evocadas luego por el patriarca
Pizzaballa: "Observo - afirmó en una declaración a ANSA - que
por primera vez, si no me equivoco, el primer ministro israelí
también condenó este fenómeno. Esperamos que ahora, además de
palabras, sigan con los hechos".
Lo que vimos en Jerusalén "no es un fenómeno que me
sorprende y, lamentablemente, no es nuevo".
"Se trata, de hecho, - denunció Pizzaballa- de un problema
de formación en el respeto a la alteridad que está ausente en
esa comunidad. Además, está el peso de la difícil historia entre
cristianos y judíos en Europa".
Para el Patriarca de Jerusalén "será necesaria una larga
labor educativa, combinada con la necesaria aplicación de las
leyes que prohíben estos fenómenos de intolerancia religiosa".
A continuación, el patriarca agradeció a quienes expresaron
su "solidaridad".
Y fueron muchos: desde el ministro de Asuntos Exteriores,
Eli Cohen, hasta el gran rabino asquenazí de Israel, David Lau,
pasando por el del Muro de los Lamentos, Shmuel Rabinowitz.
El ministro de Turismo, Haim Katz, atacó específicamente al
colono israelí Elisha Yered por decir que escupir a los
cristianos es "una antigua costumbre judía".
"Afirmar que escupir a los cristianos es una costumbre
antigua e incluso aceptable es horrible", denunció. (ANSA).
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