Lo dijo en la audiencia con las Hermanitas de Jesús.
Francisco subrayó la importancia de "cuidar de los demás, dar a los necesitados sin esperar a que pidan: estos son los signos del amor al Esposo, rasgos característicos de su cercanía reflexiva a los últimos, en los que Él está presente".
Se trata, dijo el pontífice, de "una cercanía tan preciosa en una sociedad como la nuestra, donde, a pesar de la abundancia de medios, en lugar de multiplicar las buenas obras, los corazones parecen endurecerse y cerrarse".
Dirigiéndose a las monjas, el Papa subrayó también que "el camino de esconderse es el camino de Dios".
"Sigan cultivando esta vida oculta, es una poderosa profecía para nuestro tiempo, contaminado por las apariencias", expresó.
"Parece que vivimos en una cultura del maquillaje. Todo el mundo usa maquillaje, es normal que las mujeres lo hagan, pero todo el mundo usa maquillaje para verse mejor de lo que son y eso no es del Señor", sostuvo.
Francisco se refirió luego a los problemas de todas las congregaciones religiosas: "Es cierto que hay momentos difíciles y problemas graves que afrontar, como la falta de vocaciones, el cierre de algunas casas, el aumento de la edad media de las religiosas, pero es también cierto que, fieles a la inspiración del hermano Carlo, ustedes son instrumentos preciosos para Dios para sembrar pequeñas perlas de ternura evangélica en el mundo".
"Por favor sigan orando por mí, lo necesito, porque este trabajo no es fácil, de hecho es un poco molesto", concluyó.
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