El Papa Francisco recibió hoy en el Vaticano a los obispos ucranianos del Sínodo de la Iglesia greco-católica y les expresó su "cercanía" con el pueblo del país, luego de haber sido criticado por Kiev por decir a los jóvenes rusos que eran "herederos de la gran madre Rusia".
El encuentro se desarrolló por iniciativa del Pontífice y comenzó una hora antes de lo previsto para "tener la oportunidad de un diálogo más largo" con los religiosos ucranianos.
En una conversación "franca", los obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana "expresaron el dolor, el sufrimiento y una cierta decepción del pueblo" encabezado por el presidente Volodimir Zelensky y pidieron a Francisco que rece por todos aquellos "que están muriendo" en este momento "en manos del agresor ruso".
"Este encuentro fue un momento de escucha mutua y una oportunidad para un diálogo franco y sincero", definió Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev.
Durante la audiencia, los obispos afirmaron que algunas declaraciones y gestos de la "Santa Sede y de Su Santidad son dolorosos y difíciles para el pueblo ucraniano, que actualmente se desangra en la lucha por su dignidad y su independencia".
"Los malentendidos que han surgido entre Ucrania y el Vaticano desde el comienzo de la guerra, a gran escala, son utilizados por la propaganda rusa para justificar y apoyar la ideología asesina, por eso los fieles de nuestra Iglesia son sensibles a cada palabra del Santo Padre como voz universal de la verdad y la justicia", enfatizaron.
La declaración se produce después de que Jorge Bergoglio fuera criticado por el gobierno ucraniano por decir a los jóvenes rusos que eran "herederos de la gran madre Rusia", a pesar de que el líder de la Iglesia católica dijera que quería comunicar que los jóvenes que debían cuidar su propio patrimonio cultural.
El argentino, a su vez, explicó que, "de regreso de Mongolia, dije que el verdadero dolor es cuando el patrimonio cultural de un pueblo sufre una 'dilución' y es sometido a la manipulación por parte de un determinado poder estatal, con lo que se convierte en una ideología que destruye y mata".
"Es una gran tragedia cuando una ideología así irrumpe en la Iglesia y reemplaza al Evangelio de Cristo", explicó.
Según una nota de la Iglesia greco-católica, el Papa aseguró también su "solidaridad" y "constante cercanía en la oración".
"Estoy junto al pueblo ucraniano", dijo, quien portó un icono de la Theotokos (Madre de Dios) y lo mostró a los obispos como un gesto especial.
"Este icono me lo regaló Su Beatitud Sviatoslav cuando era un joven obispo en Argentina. Rezo delante de él todos los días por Ucrania", añadió Francisco.
Durante el encuentro, los obispos ucranianos también pidieron a Bergoglio y a la Santa Sede que continúen sus esfuerzos para liberar a los prisioneros de guerra, en particular a los sacerdotes redentoristas Ivan Levytskyi y Bohdan Haleta, aún detenidos en Rusia, y le agradecieron la ayuda humanitaria y la misión de mantenimiento de la paz del enviado especial del Vaticano, el cardenal Matteo Zuppi.
"Los jóvenes ucranianos se sintieron sinceramente conmovidos por la humildad de sus palabras al pedir perdón por el hecho de que no fuera posible hacer más para poner fin a la guerra en Ucrania", dijo Shevchuk al Papa.
Al finalizar la audiencia, el líder de la Iglesia greco-católica entregó al argentino algunos objetos personales de los Redentoristas, como una cruz misionera, un libro de oraciones y un rosario: "Estas cosas dan testimonio del sufrimiento de nuestra Iglesia y de su pueblo en relación con los horrores de la guerra causados ;;por la agresión rusa".
Además, entregó al Santo Padre un icono de Jesucristo, rescatado de una iglesia incendiada por los rusos en el pueblo de Chervone, en la región de Zaporiyia.
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