"Pasado mañana, 1 de septiembre, se celebrará la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, inaugurando el tiempo de la creación que durará hasta el 4 de octubre. En esa fecha tengo intención de publicar una exhortación, una segunda "Laudato Si", anunció el Papa Francisco al final de la audiencia general de este miércoles.
La nueva parte de "Laudato si", que el Sumo Pontífice reveló que estaba escribiendo el pasado 21 de agosto durante una audiencia en el Vaticano con una delegación de abogados de países miembros del Consejo de Europa, no será, por tanto, una nueva encíclica, sino una exhortación apostólica, y será publicado, afirmó hoy el Pontífice, en la próxima fiesta de San Francisco de Asís.
"Unámonos a nuestros hermanos y hermanas cristianos en el compromiso de salvaguardar la creación como don sagrado del creador -prosiguió-. Es necesario estar junto a las víctimas de las injusticias medioambientales y climáticas, esforzándonos por poner fin a la guerra sin sentido sobre nuestra casa común, que es una terrible guerra mundial".
"Los insto a todos a trabajar para que vuelva a abundar la vida", concluyó.
También recordó que mañana por la tarde (hora italiana) partirá hacia el continente asiático "para visitar a los hermanos y hermanas de Mongolia" "Les pido que me acompañen en este camino con vuestra oración", deslizó, al saludar a los peregrinos españoles en su idioma.
Por otra parte, en la audiencia general retomó el ciclo de catequesis y dijo: "Aprendamos a realizar de manera extraordinaria las acciones ordinarias y así crecer cada día en la fe, la caridad y el celoso testimonio de Cristo". "La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente", centró su meditación en el tema "orar y servir con alegría: Kateri Tekakwitha, primera santa nativo de América del Norte".
El papa recordó la vida de Kateri o Catalina Tekakwitha (1656-1680), una laica católica iroquesa; hija de un jefe mohawk y de una india algonquina cristiana. Nació en Ossernenon, lo que hoy es Auriesville, Nueva York. "La fe se transmite siempre en dialecto, por las madres y las abuelas. La fe debe transmitirse en dialecto y así la recibimos de las madres y de las abuelas", deslizó el Papa. "La evangelización comienza muchas veces así: con gestos sencillos y pequeños, como que los padres ayuden a sus hijos a aprender a hablar con Dios en la oración y a hablarles de su gran y misericordioso amor. Los fundamentos de la fe para Kateri, y muchas veces también para nosotros , se han planteado de esta manera", comentó Además, para el Pontífice, "el testimonio del Evangelio no se refiere sólo a lo agradable" porque "también debemos saber llevar nuestras cruces cotidianas con paciencia, confianza y esperanza". "No es buen cristiano quien no tiene paciencia -añadió-, la paciencia para tolerar a los demás".
"Por supuesto, no todos están llamados a hacer el mismo voto que Kateri; sin embargo, cada cristiano está llamado cada día a comprometerse con todo el corazón en la vocación y misión que Dios le ha confiado, sirviéndole a Él y a los demás con espíritu de caridad", reiteró Francisco, según el cual "el celo apostólico implica a la vez una unión vital con Jesús, alimentada por la oración y los sacramentos, y el deseo de difundir la belleza del mensaje cristiano mediante la fidelidad a la propia vocación particular".
Y luego saludó a un grupo de polacos peregrinos. "En vuestra patria están esperando la inminente beatificación de la familia Ulma. En muchas parroquias la novena, que comenzará pasado mañana, será una preparación espiritual para el acontecimiento", acotó. "Que el ejemplo de esta heroica familia, que sacrificó su vida para salvar a los judíos perseguidos, os ayude a comprender que la santidad y los gestos heroicos se consiguen con la fidelidad en las pequeñas cosas de cada día", añadió Jorge Bergoglio.
El 10 de septiembre, la Iglesia proclamará mártires y beatos a los nueve miembros de la familia polaca Ulma: padre, madre y siete hijos (el último de los cuales estaba a punto de nacer) ejecutados en su casa por los nazis. Su culpa fue haber alojado clandestinamente a ocho judíos. Su historia está contada en el libro "También mataron niños" (ediciones Ares), que saldrá mañana a la venta y que es el resultado de una investigación periodística realizada por Manuela Tulli, reportera de ANSA, y Don Pawel Rytel-Andrianik, jefe de la sección polaca de Vatican News y Radio Vaticano, que se desarrolló sobre los lugares donde vivió la familia Ulma y quién pudo recurrir a las fuentes del proceso de beatificación.
La tragedia de los Ulma es también la historia de una "guerra sin sentido", como suele decir Francisco, que produce horrores y dolores de los que la humanidad a veces parece no recordar.
"Renovamos nuestra cercanía y nuestra oración por la querida y mártir Ucrania, tan probada por un gran sufrimiento", exclamó el Papa al final de la audiencia general.
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