(ANSA) CIUDAD DEL VATICANO, por Fausto Gasparroni -También hoy, en la audiencia general celebrada en la Sala Nervi, el papa Francisco no ha perdido la oportunidad de llamar nuevamente a orar por la "Ucrania atormentada" y lanzar su nuevo llamamiento por la paz.
Lo hizo, en primer lugar, saludando a los peregrinos polacos, a quienes, al recordar la inminente solemnidad de la Santísima Virgen María de Czestochowa, los animó a "dar testimonio práctico del amor al prójimo, especialmente a la población ucraniana que sufre la guerra".
Luego, al final, durante el saludo a los peregrinos italianos, y dirigiendo su pensamiento en particular a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados, añadió: "Hermanos y hermanas, recemos por nuestros hermanos ucranianos y hermanas: sufren mucho. La guerra es cruel! Tantos niños desaparecidos, tantos muertos. Oremos, por favor! No olvidemos a la Ucrania atormentada. Hoy es una fecha significativa para su país". "Que el ejemplo del apóstol san Bartolomé, cuya fiesta celebraremos mañana, nos ayude a ser testigos sinceros de Jesús y a soportar con fe los sufrimientos, pensando en los que padecieron los apóstoles del Evangelio. Pedimos la intercesión de san Bartolomé por la querida Ucrania, tan duramente golpeada por la guerra", afirmó Francisco.
Los llamamientos del Papa para Ucrania son ya innumerables, pero con su "la guerra es cruel, tantos niños han desaparecido", el Papa ha tocado hoy uno de los puntos centrales de la misión de paz que ha confiado al cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
La cuestión humanitaria, tanto para el Papa como para su emisario -que tras escalas en Kiev, Moscú y Washington espera ahora también viajar a Pekín- sigue siendo una de las vías para abrir posibles canales de diálogo y de distensión y posibles vías hacia el fin del conflicto armado. Y en el centro de la iniciativa de paz del Papa, y de las conversaciones que Zuppi ha mantenido hasta ahora en las distintas etapas de su misión, está precisamente la cuestión de los niños ucranianos deportados a Rusia desde las zonas ocupadas, para quienes se intenta fomentar el regreso a casa.
Un resultado que, tras un año y medio de guerra, no podía dejar de marcar una fase de distensión. Son aspectos que Zuppi ha reiterado en los últimos días, con motivo de su discurso en Rímini en la inauguración del Encuentro para la amistad entre los pueblos.
"La tarea de la misión querida por el Papa Francisco es ayudar a todo lo que pueda ayudar a la paz, humanizar una experiencia que mata al hombre. Incluso el regreso de un solo niño ucraniano a su casa es una manera de afirmar la paz y derrotar la lógica de la violencia", dijo en la entrevista del domingo con Ilsussidiario.net. Se trata pues de "un método de realidad": "Usar todos los espacios posibles para tejer el tejido de paz que la guerra ha desgarrado".
Y cuando se le preguntó si es optimista, Zuppi respondió: "Tengo esperanza. Lo sabemos: el optimismo es creer que todo estará bien. La esperanza es tomar conciencia de las dificultades que existen y afrontarlas, luchar creyendo que al final debe vencer la paz".
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