Pero ahora se tiñe de componentes nuevos y actuales, muy ligados a las posibilidades de acabar con la guerra en Ucrania.
El mismo Lula lo confirmó, explicando que mañana hablará con Francisco sobre "Ucrania y una gran campaña global contra el hambre en el mundo".
En una entrevista en video difundida en sus redes sociales, Lula subrayó que el Pontífice "está muy interesado en poner fin a la guerra que involucra a Ucrania y Rusia, y quiero discutirlo con él".
"Lo llamé, tomé la iniciativa -reveló el presidente- y le dije que quería visitarlo, entre otras cosas para agradecerle la atención que me brindó cuando estuve preso en Curitiba".
"Ya lo he conocido dos veces y creo -dijo- que es inequívocamente el Papa que más se involucra con la gente que ha habido", agregó.
Con él, prosiguió, "también quiero hablar de la lucha contra las desigualdades", y añadió que "quiero aprovechar mi mandato para intentar concienciar a todo el mundo de que es inexplicable que no haya indignación" contra el hambre en un planeta que produce más alimentos de los que consume".
No se trata, por tanto, de producción de alimentos, indicó, "sino de distribución y de falta de dinero para comprar alimentos".
Finalmente, Lula confirmó su intención de invitar al Papa al Cirio de Nazaré, una de las mayores celebraciones católicas de Brasil, que se realiza anualmente en Belém, en el estado de Pará. "Yo lo invito - concluyó - aunque no sé si querrá participar. Millones de personas se dan cita en ese lugar".
Lula tiene su propio proyecto de paz desde hace algún tiempo, que ya ha propuesto en varios foros internacionales, incluso al presidente chino, Xi Jinping.
La propuesta del líder brasileño gira en torno a la devolución por parte de Rusia de los territorios ucranianos conquistados después del 24 de febrero de 2022. Moscú, a cambio, vería legitimada su soberanía sobre Crimea.
Lula está convencido de que cualquier posibilidad de poner fin al conflicto pasa por la implicación de China porque es la única capaz de ejercer presión sobre Rusia.
El "plan" de Lula por el momento no parece tener grandes posibilidades considerando en particular las posiciones de Kiev que quiere la retirada total de Rusia.
Pero al presentarlo, el presidente brasileño quiere afirmar el posicionamiento de su país como un actor no alineado, comprometido con el multilateralismo tras los años oscuros de la presidencia de Jair Bolsonaro entre 2018 y 2022.
Entre otras cosas, justo ayer, antes de partir hacia Italia, Lula -líder de un país conocido por tener la mayor población católica del mundo- recibió en Brasilia al nuncio apostólico, arzobispo Giambattista Diquattro, y al presidente de la conferencia nacional de obispos de Brasil, monseñor Jaime Spengler.
"La conversación -informaron fuentes gubernamentales- versó sobre la situación social de la Iglesia Católica en Brasil y las relaciones del país con el Vaticano".
Mientras tanto, tras la misión a Kiev de los días 5 y 6 de junio, prosiguen los preparativos para la del cardenal Matteo Zuppi como enviado del Papa a Moscú.
"Hay interés y expectativa por parte del gobierno ruso" por una próxima visita a Moscú del cardenal Matteo Zuppi, enviado del Vaticano para la iniciativa de paz para Ucrania, dijo ayer el vicecanciller Alexander Grushko, citado por la agencia Tass.
Grushko, que no dijo cuándo podría tener lugar esa visita, reiteró la opinión positiva del gobierno de Moscú sobre la iniciativa de la Santa Sede.
"Apreciamos la posición equilibrada del Vaticano y la posición tomada personalmente por el Papa", dijo el viceministro.
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