El incidente tuvo lugar el pasado miércoles, cerca de la península del Peloponeso, en el Mar Egeo, trecho oriental del Mar Mediterráneo.
"Con gran tristeza y tanto dolor, pienso en las víctimas del gravísimo naufragio ocurrido en los últimos días frente a las costas de Grecia. Y parece que el mar estaba en calma. Renuevo mis oraciones por quienes perdieron la vida e imploro que siempre se haga todo lo posible para evitar tragedias similares", dijo el Papa en su Angelus dominical.
El barco pesquero abarrotado había salido de Tobruk, en la costa este de Libia, con destino a Italia, la principal puerta de entrada para los inmigrantes forzados en la Unión Europea.
Las autoridades griegas creen que en el barco viajaban cerca de 500 personas, pero algunos supervivientes hablan de hasta 750 pasajeros, lo que convertiría a este naufragio en una de las mayores tragedias de la historia reciente del Mediterráneo. Solo unos 100 náufragos fueron rescatados con vida.
Francisco también lamentó la masacre perpetrada por terroristas islámicos en una escuela de Uganda, que dejó al menos 41 muertos.
"Rezo por los jóvenes estudiantes que fueron víctimas del brutal ataque a una escuela en el oeste de Uganda. Hay guerra en todas partes. Oremos por la paz", dijo.
Recuperándose de una cirugía abdominal, el Pontífice fue dado de alta hospital el pasado viernes y agradeció el "afecto, la atención y la amistad" por parte de los fieles.
"Esa cercanía humana fue de gran ayuda y consuelo para mí", agregó.
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