La entrega del galardón al mandatario italiano, que ganó el honor por su servicio al bien común, tuvo lugar en la Sala Clementina, en el Vaticano.
"Pablo VI fue el Papa de mi transición, de la juventud a la edad adulta. Por eso también es tan emocionante recibir este premio, además de recibirlo de manos del Santo Padre", dijo el jefe de Estado durante la ceremonia.
El Pontifice destacó que estaba feliz de entregar el premio a Mattarella, además de afirmar que actuó como un "instrumento de gratitud".
"Estoy feliz de ser un instrumento de gratitud en nombre de todos aquellos, jóvenes y mayores, que ven en ti un maestro, un maestro sencillo y, sobre todo, un testimonio coherente y educado de servicio y responsabilidad", declaró el Papa.
En su discurso, el Papa confirmó su gran aprecio por el Presidente de la República, "maestro, maestro sencillo, y sobre todo testigo coherente y educado de servicio y responsabilidad".
"Creo que hoy la entrega del Premio Paolo VI al presidente Mattarella es una muy buena oportunidad para celebrar el valor y la dignidad del servicio, el más alto estilo de vida, que pone a los demás por delante de las propias expectativas", dijo Francisco.
"Que esto es cierto para usted, señor Presidente, de ello da testimonio el pueblo italiano, que no olvida su renuncia al merecido descanso hecho en nombre del servicio que le exige el Estado", recordó el Papa, subrayando finalmente el valor de la legalidad y citando a Piersanti Mattarella, el hermano del Presidente asesinado por la mafia en 1980.
El presidente, finalmente, pidió al Instituto Pablo VI que donara la cantidad de dinero asociada al premio a las personas afectadas por las lluvias en Emilia-Romaña.
"Creo que con el premio, más que con mi acción personal, se pretende indicar una forma de interpretar el compromiso en la sociedad y en las instituciones, que muchos han practicado y desarrollado, inspirados en la visión de Pablo VI y sus enseñanzas", concluyó Mattarella.
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