El papa Francisco en su último día de visita en Hungría (foto: ANSA)
(ANSA) - BUDAPEST, 30 APR - Dos llamamientos, a construir un
"futuro de paz, no de guerra, de cunas no de tumbas" y a no
cerrar las puertas a extranjeros y migrantes, fueron los temas
centrales de la Misa del papa Francisco y del Regina Caeli en la
plaza Kossuth Lajos, en frente al Parlamento húngaro, la plaza
principal de la nación.
En un soleado y ventoso día de primavera, ante 50.000
personas, con la presidenta de la República, Katalin Novak y el
primer ministro, Viktor Orban, en primera fila, también presente
el metropolita ortodoxo Hilarión, el Pontífice quiso coronar
este último día en Hungría tocando los temas cruciales de su
camino apostólico.
"Es triste y doloroso ver las puertas cerradas -dijo en la
homilía de la Misa-. Las puertas cerradas de nuestro egoísmo
hacia quienes caminan a nuestro lado todos los días; las puertas
cerradas de nuestro individualismo en una sociedad que corre el
riesgo de atrofiarse en la soledad; las puertas cerradas de
nuestra indiferencia hacia los que sufren y en la pobreza; las
puertas cerradas hacia los extranjeros, diferentes, migrantes,
pobres".
"¡Por favor, abramos las puertas!", agregó.
"Intentemos ser también nosotros -con palabras, gestos,
actividades cotidianas- como Jesús: una puerta abierta, una
puerta que nunca se cierra de golpe en la cara de nadie".
Francisco dijo que repite este llamamiento: "sobre todo a mí
mismo, a los hermanos obispos y sacerdotes: a nosotros
pastores".
Por eso también "a los hermanos y hermanas laicos,
catequistas, agentes de pastoral, a los que tienen
responsabilidades políticas y sociales, a los que simplemente
llevan adelante su vida cotidiana, a veces con dificultad: sean
puertas abiertas", afirmó.
"Ser abiertos e inclusivos los unos con los otros, para
ayudar a Hungría a crecer en fraternidad, el camino de la paz",
añadió.
Luego, en el Regina Caeli, introduciendo la oración mariana
después de agradecer a las autoridades húngaras, al pueblo y a
la Iglesia por su acogida, Jorge Bergoglio pronunció un
verdadero llamado a la paz, reuniendo una vez más a los pueblos
ucraniano y ruso.
"Nos dirigimos ahora a Nuestra Señora. A Ella, Magna Domina
Hungarorum, a quien invocas como Reina y Patrona, encomiendo a
todos los húngaros. Y desde esta gran ciudad y este noble país
quisiera depositar en su corazón la fe y el futuro de todo el
Continente europeo, en la que he estado pensando estos días, y
especialmente en la causa de la paz", dijo.
"Virgen santa, mira a los pueblos que más sufren -imploró
entonces-. Mira sobre todo al cercano pueblo ucraniano mártir y
al pueblo ruso, consagrado a ti. Tú eres la Reina de la paz,
infunde en los corazones de los hombres y líderes de las
naciones el deseo de construir la paz, de dar a las jóvenes
generaciones un futuro de esperanza, no de guerra; un futuro
lleno de cunas, no de tumbas; un mundo de hermanos, no de
muros".
Por la tarde, antes de partir hacia Roma, la última cita de
esta visita de tres días a Hungría, la segunda de Bergoglio tras
la parada relámpago del 12 de septiembre de 2021 para la Misa de
clausura del Congreso Eucarístico Internacional en Budapest, y
en la que mostró mantenerse bien en su condición física luego de
su reciente hospitalización: el encuentro con el mundo
universitario y cultural en la Facultad de Informática y
Ciencias Biónicas de la Universidad Católica "Peter Pazmany".
(ANSA).
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