Hermano de Becciu no va a declarar en juicio

Desertó junto a Curzu, director de Caritas en Ozieri

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 19 APR - El hermano del cardenal Angelo Becciu, Antonino, jefe de la Cooperativa Spes de Ozieri, que envió pruebas en el juicio vaticano sobre la gestión de los fondos de la Secretaría de Estado, no se presentó en la sala a declarar.
    Envió un comunicado con el que se vale de la facultad de no responder como "directo conjunto" de un imputado.
    Mario Curzu, director de Caritas en Ozieri, tampoco se presentó, pero no envió comunicación alguna. El tribunal lo citó ahora para audiencia del próximo 11 de mayo, la última reservada para los testigos.
    Ya el pasado 8 de marzo, Antonino Becciu y Don Mario Curzu habían desertado de la sala del Tribunal, oponiéndose, a través del abogado, Ivano Iai, a la falta de garantías en el Vaticano para los investigados en otros procesos, como lo es para ellos en el Ministerio Público de Sassari, por la financiación recibida de la Secretaría de Estado y la supuesta competencia en malversación.
    Sin embargo, el Tribunal, presidido por Giuseppe Pignatone, consideró "infundada e inadmisible" la comunicación enviada por el abogado, considerando que tales garantías también existían en el Vaticano, y la ausencia de los dos testigos, que, por tanto, habían sido convocados previamente para la audiencia, fue "ilegítima" el 31 de marzo y luego para la de hoy.
    En la nueva comunicación enviada por el hermano del carenal Becciu, sin embargo, se remite al artículo 358 del Código de Procedimiento Penal vigente en el Vaticano -el italiano de 1913- que prevé la posibilidad de que los familiares cercanos de los acusados ;;se abstengan de declarar. Por lo tanto, su renuncia debe considerarse ahora definitiva.
    En la audiencia de hoy -la 55 del juicio iniciado el 27 de julio hace dos años- se escucharon tres testigos.
    Luigi Rossi, citado por la defensa de monseñor Mauro Carlino, confirmó la presencia de su amigo sacerdote en Caserta el 1° de mayo de 2019. Terry Keeley, ex contador del grupo WRM de Raffaele Mincione, respondió a una propuesta hecha en mayo de 2020 por el grupo inmobiliario Fenton Whelan para la compra por parte de la Secretaría de Estado de la propiedad de 60 Sloane Avenue en Londres, una expresión de interés por una suma igual a 275 millones de libras, que en su momento nunca fue contestada.
    Por último, Giulio Corrado, otro colaborador de Mincione y experto en el sector inmobiliario-financiero, cuyo testimonio continuará en la audiencia de mañana, respondió sobre las distintas etapas de la historia de la propiedad de Londres, las diferentes valoraciones y los proyectos de urbanización con la Secretaría de Estado.
    Al término de la audiencia, la defensa de Gianluigi Torzi, Fabrizio Tirabassi, Enrico Crasso y Raffaele Mincione impugnó con otros tantos pedidos de nulidad la "indeterminación" de los nuevos cargos formulados en la audiencia anterior del 30 de marzo por el promotor de justicia, Alessandro Diddi, hacia sus clientes.
    La Corte se pronunciará en breve sobre las distintas excepciones.
    Se trata del "juicio del siglo", ya que nunca, desde el fin de los Estados Pontificios (1870), un Tribunal de la Santa Sede había emprendido una causa con un imputado principal de tan elevadísimo rango, el cardenal Angelo Becciu, y con acusaciones tan graves de corrupción.
    Becciu, uno de los colaboradores más cercanos del papa Francisco, y quien entonces era prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, está sospechado de haber canalizado fondos desde la Secretaría de Estado a una cooperativa social controlada por sus hermanos en Cerdeña en relación con la compra de un edificio en Londres.
    El edificio fue comprado por la Secretaría de Estado del Vaticano, en una operación que acabó en estafa, por un valor de 350 millones de euros, en 2017.
    En todo momento, el cardenal Becciu se declaró inocente de las acusaciones en su contra, y admitió su voluntad de defenderse con todos los medios posibles. (ANSA).