"Ayudarse los unos a los otros, teniendo, muy a menudo, la humildad de reconocer que no podemos hacerlo solos", es la exhortación dirigida por el papa Francisco durante la audiencia de esta mañana en el Vaticano a la Fundación española "Madre de la Esperanza de Talavera de la Reina" que asiste a discapacitados intelectuales, nacida en 1973 por impulso de la arquidiócesis de Toledo.
Francisco, en su discurso en español, recordó que el pasado 6 de abril, luego de dos años de suspensión a causa de la pandemia, fue recordada la pasión de Jesús, con el Vía Crucis, en la iglesia de Santa María la Mayor "La Colegial", en la que tomaron parte personas con varias formas de discapacidad intelectual.
Y explicó que el camino de la vida es como este Vía Crucis organizado por la fundación "Madre de la Esperanza de Talavera de la Reina": "Por un lado, es necesario preparar tantas cosas, aprender, experimentar, en definitiva, ayudarse los unos a los otros, teniendo muy a menudo humildad de reconocer que no podemos hacerlo solos".
Luego, agregó el pontífice, es necesario pedir al Señor "el coraje de salir a las calles, llevando su imagen para que todos lo podamos contemplar".
"Y así -recalcó el Papa- llevar a Jesús a los otros, aunque no te des cuenta, con vuestros gestos, con vuestros cantos, con vuestros rezos". Y es bello, concluyó Francisco, que, en la pequeñez, se puede dar testimonio de Jesús, "misioneros del amor".
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