(ANSA) - Un cardenal para cada rito clave de la Semana Santa: el vicedecano del Colegio Cardenalicio, el argentino Leonardo Sandri, para el Domingo de Ramos, el Vicario de Roma, Angelo De Donatis para el Jueves Santo por la mañana; el arcipreste de la basílica de San Pedro, el franciscano Mauro Gambetti, para la misa in Coena domini y el lavatorio de los pies, y al final del triduo pascual, el Domingo de Resurrección, el decano del Colegio, el cardenal Giovan Battista Re. Mientras que desde el policlínico universitario Agostino Gemelli, donde Francisco está hospitalizado desde ayer por una infección de las vías respiratorias, nadie quiere afirmar cuándo el Pontífice dejará el apartamento del décimo piso, en el Vaticano los maestros de ceremonias ya prepararon el plan para la celebración de la Pascua.
"Sí, por supuesto, puedo confirmar que el domingo celebraré la Misa de Ramos -dijo a ANSA el cardenal Sandri, argentino como el Pontífice y amigo suyo desde hace mucho tiempo-.Ya el lunes pasado el maestro de ceremonias pontificio me advirtió que los ritos de la Santa Santa serían celebrados cada uno por un cardenal y me pidieron el Domingo de Ramos".
No sería la primera vez que un cardenal celebra y preside el Papa.
Ocurrió también en la Vigilia Pascual del año pasado, con el cardenal Re desde el altar y el Papa sentado a un lado, con limitación de movimiento por gonartrosis.
Pero nadie por el momento puede decir si el papa Francisco será dado de alta del policlínico el domingo, todo depende del curso de la infección.
Se vislumbra así un escenario inédito para la Iglesia si el Pontífice se ausenta de una de sus principales citas.
Del personal médico Gemelli se filtró un cauto optimismo sobre la recuperación del argentino Jorge Mario Bergoglio, pero los ritos pascuales son una verdadera hazaña litúrgica, los cuales, de hecho, ya comienzan el Domingo de Ramos, que a su vez da el inicio a la Semana Santa coronada del triduo pascual con las citas claves de la misa "coena domini" el jueves, el Vía Crucis (en el Coliseo) el Viernes Santo, luego la vigilia pascual el sábado y la misa del Domingo de Pascua al día siguiente.
Un esfuerzo físico para cualquiera, más aún para Francisco, ya afectado por problemas de rodilla que ahora lo obligan a recurrir a una silla de ruedas casi permanentemente para desplazarse y también por una fuerte bronquitis.
Aunque fuera dado de alta el sábado, hipótesis poco probable, casi se daría por hecho el reposo absoluto en Santa Marta.
Francisco corre el riesgo de saltarse incluso uno de los momentos del año más importantes para él, la misa in Coena domini con el rito del Lavatorio de los Pies que, siempre quiso celebrar fuera del Vaticano, en lugares muy simbólicos como cárceles de menores de edad o centros para inmigrantes.
Solo durante el período de la pandemia tuvo que abstenerse de celebrar el rito fuera de los muros.
Este año, según trascendidos, el lavatorio de pies debería haberse realizado en la prisión romana de Regina Coeli, con los reclusos.
Ahora la agenda del Papa está por verse y hay quienes también piensan en la solución extraordinaria del balcón del hospital Gemelli. Fue desde allí que estuvo para el Ángelus del 11 de julio de 2021, apareciendo nuevamente en público después de diez días de hospitalización tras la operación de colon.
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