"Queridos hermanos y hermanas musulmanes, reza el texto firmado por el prefecto, cardenal Miguel Angel Ayuso Guixot y por el secretario, monseñor Indunil Kodithuwakku Janakaratne Kankanamalage, el mes de Ramadán es importante para ustedes, pero también para sus amigos, vecinos y creyentes de otras religiones".
"Especialmente para los cristianos, se fortalecen las amistades existentes y se construyen nuevas, allanando el camino para una convivencia más pacífica, armoniosa y alegre, lo que corresponde a la voluntad divina para nuestras comunidades, para todos los miembros y las comunidades de la única familia humana", agrega el mensaje.
El Dicasterio agrega que "somos conscientes, queridos amigos, de que la convivencia pacífica y amistosa enfrenta muchos desafíos y amenazas: extremismo, radicalismo, controversias, disputas y violencia por motivos religiosos. Las amenazas son alimentadas por la cultura del odio".
"Por lo tanto, necesitamos encontrar las formas más adecuadas para contrastar y superar esta cultura, fortaleciendo en cambio el amor y la amistad, especialmente entre musulmanes y cristianos, en virtud de los lazos que nos unen", subraya.
Según el mensaje, "las diferencias pueden ser percibidas como una amenaza, pero cada uno tiene derecho a su identidad específica con sus distintos componentes, sin por ello ignorar ni olvidar lo que tenemos en común".
"Las actitudes y comportamientos negativos hacia los que son diferentes a nosotros son, lamentablemente, numerosos: sospecha, miedo, rivalidad, discriminación, exclusión, persecución, polémica, insultos y calumnias, por citar soo algunos", detalla.
"Las plataformas de redes sociales son comunes espacios de tan nocivos comportamientos, pervirtiendo su papel de medio de comunicación y amistad a instrumento de enemistad y lucha", añade.
Según los firmantes del texto, "los opuestos de las conductas negativas antes mencionadas son el respeto, la bondad, la caridad, la amistad, el cuidado mutuo entre todos, el perdón, la cooperación para el bien común, la ayuda a todos aquellos que se encuentran en cualquier tipo de necesidad y cuidar el medio ambiente, para mantener nuestra 'casa común' como un lugar seguro y agradable para vivir juntos en paz y alegría".
"No podemos prevenir y oponernos a la cultura del odio y promover una cultura de amor y amistad sin una educación saludable de futuras generaciones en todos los espacios en los que se eduquen: en la familia, en la escuela, en los lugares de culto y en las redes sociales", concluye la nota del Vaticano.
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