(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 16 MAR - La diócesis de Culiacán,
la capital de Sinaloa, en el norte de México, separó de sus
funciones religiosas a cinco sacerdotes que integraban un grupo
destinado a orientar a adolescentes con problemas de violencia
familiar, por incurrir en presuntos abusos sexuales, según
revelaciones de la prensa local.
Las víctimas de los religiosos, tanto hombres como
mujeres, denunciaron que fueron objeto de "violación sexual,
tocamientos, acoso y otras agresiones". Incluso sus familiares
dijeron que los representantes eclesiásticos se escudaban en la
frase "Dios siempre busca el mal menor" para justificar sus
acciones.
Así aparece narrado en publicaciones en Twitter,
reproducidas por los diarios Reforma y el sitio Animal Político,
entre otros.
Los curas fueron denunciados primero ante la autoridad
eclesiástica pero "como no hubo eco a las peticiones los
afectados" recurrieron a la Fiscalía General de Sinaloa, y no
fue hasta entonces que fueron apartados de sus funciones,
indicaron los parientes de las presuntas víctimas.
Los afectados acusaron a las autoridades eclesiásticas
locales de no atender las primeras denuncias y, al contrario,
incurrir en la revictimización, atendiendo solo sus quejas hasta
que el escándalo se convirtió en una "bola de nieve".
"Cuando denunciamos nos dijeron que debían ser hechos
recientes porque antes ya había sido señalado", afirmó una de
las víctimas, una mujer que no quiso identificarse. "Cada vez
nos pedían más cosas. Al final nos dijeron que esto era muy
largo, que podría tardar para llegar al Vaticano. Todas nos
sentíamos desalentadas", agregó.
Algunos de los acusados pidieron disculpas pero "pero
aunque pedir perdón es necesario no es suficiente", dijo Esteban
Robles, vocero de la diócesis.
El portavoz eclesiástico informó que ya se están "tomando
acciones sobre estos acontecimientos" y se está haciendo "frente
para actuar en lo que nos corresponde como institución".
"El fin de este hilo es principalmente motivar a romper
el silencio y no encubrir más tiempo a un agresor", así como
"prevenir a otras mujeres y que se sepa toda la verdad", indicó
una de las denunciantes a través de Twitter.
De acuerdo con Robles, si las investigaciones arrojan que
son culpables "hay penas canónicas", las cuales van desde una
llamada de atención o el castigo máximo de expulsión según el
daño provocado. Hasta ahora ninguno de los sacerdotes ha sido
detenido ni acusado formalmente ante la Fiscalía. (ANSA).
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