"El mundo, atribulado por la guerra y por tantos males, necesita signos, obras que susciten asombro, que dejen traslucir la maravilla de Dios, que no cesa de amar a sus criaturas y de maravillarse ante su belleza", afirmó hoy el papa Francisco al recibir en audiencia a miembros de una fundación italiana del mundo del espectáculo, que cumple 75 años.
"En un mundo cada vez más artificial, donde el hombre se ha rodeado de las obras de sus propias manos, el gran riesgo es perder el asombro", amplió.
"Comparto con vosotros esta reflexión y, encomendándoos la tarea de despertar el asombro, quiero agradeceros lo que hacéis en un aspecto esencial para la evangelización, porque no hay fe sin asombro", subrayó en el discurso escrito entregado a los presentes.
El Pontífice recordó que, en Italia, el mundo católico ha dado lugar a una multiplicidad de experiencias vinculadas a la comunicación social y en particular al cine, desde las de Acción Católica, hasta la Comisión Nacional de Evaluación Cinematográfica de la Conferencia Episcopal Italiana, desde el compromiso de la parroquias, hasta la gran temporada de los cineforums y los centros de investigación en las universidades.
"Pensando en ustedes .amplió- me vino a la mente la primera página de la Biblia, la historia de la creación".
"De hecho, la vemos fluir casi como una película, donde Dios aparece como autor y al mismo tiempo espectador", comentó.
Según Francisco, "es una historia de implicación, de belleza y de la pasión: del amor. Pero al final de sus acciones creadoras, Dios realiza un gesto sorprendente: se convierte en espectador de su obra, contempla lo que ha creado y expresa su opinión: 'vieron que era bueno'".
"Pero para el hombre, hecho a su imagen y semejanza, la 'reseña' es aún más apasionante: 'estuvo muy bien'. En esta página sagrada, queridos amigos, directores, actores, mujeres y hombres que trabajan en el cine. podemos encontrar también el sentido de vuestra labor cultural", subrayó Francisco.
"Por un lado está la acción creativa, por el otro la contemplación y evaluación", destacó luego.
"Me parece que puedes reflejarte en este maravilloso fresco bíblico, que ha fascinado a muchos artistas y no deja de sorprender y estimular la imaginación y la reflexión", prosiguió.
Para el Papa, "habría muchas sugerencias que se podrían extraer. Tomo una de ellas, la del asombro. Parece que el mismo Dios siente asombro, asombro ante la belleza de las criaturas, especialmente cuando contempla al ser humano. quisiera decirle: volvamos a empezar desde aquí, desde el arte como asombro, ante todo para quien lo hace, para el artista".
"Pienso en esa obra maestra que es "Andrej Rublev" (película soviética de 1966 basada en el pintor y religioso ruso), de Andrei Tarkovski: el artista calla por el trauma de la guerra. Uno piensa en lo que está pasando en el mundo de hoy", concluyó el Papa.
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