El Papa Francisco retornará por cuarta vez a Africa, visitará la República Democrática del Congo y Sudán del Sur del 31 de enero al 5 de febrero, en un viaje deseado por años, colocado en la agenda el verano pasado y luego postergado a causa de problemas en la rodilla.
Empero Francisco mantuvo la promesa y está listo para afrontar este camino al corazón de Africa que está marcado por conflictos y la violencia.
En ambos países, por razones diversas, la situación no es estable y se busca una difícil pacificación. "El tema de la paz está en primer lugar, pero también el desafío del clima, la explotación del suelo, el rol de la educación y de una sanidad inclusiva. Son décadas que en estas tierras se va de dolor en dolor", dijo al portavoz vaticano, Matteo Bruni, al presentar el viaje que tendrá lugar la próxima semana.
En la etapa de Sudán del Sur, la visita del Papa se volverá ecuménica con la presencia del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y del Moderador de la Iglesia de Escocia, Jim Wallace.
Se trata de dos países donde la situación no está totalmente bajo control, especialmente en la República Democrática del Congo, donde persiste el conflicto y la guerrilla en el este del país. La etapa en Goma, en Kivú del Norte, donde fue asesinado el embajador italiano Luca Attanasio, no está en el programa, borrada respecto a lo que se había imaginado el pasado verano.
El Papa estará solamente en la capital Kinshasa y se reunirá con las víctimas del conflicto en el este del país en la Nunciatura. A ellos pedirá palabras de perdón para los agresores.
Siempre en el Congo, son altísimas las medidas de seguridad.
Los lugares de las citas del Papa en Kinshasa estarán blindados en el interior de una "zona roja" donde no será posible ir, ni siquiera a pie, si se está desprovisto de una autorización especial.
Sin embargo, "no existe ninguna amenaza específica", aseguran desde el Vaticano, y explican que "hay un gran esfuerzo de las autoridades locales para garantizar la seguridad".
El momento más delicado, en el Congo, será la misa del 1 de febrero en el aeropuerto de Ndolo donde son esperadas al menos 1 millón de personas.
En Sudán del Sur, el Papa, con los líderes de la Iglesia anglicana y de la de Escocia, reanudara los canales del diálogo, tema en el que está empeñado desde hace años.
Quedarán en la historia las imágenes del pontífice que se arrodilla y besa los pies de los líderes políticos del país. Era abril de 2019 y la situación interna era complicada. El Papa irá a Sudán del Sur "para alentar con su presencia, a los responsables de este país a unirse y reconciliarse", explica el nuncio, monseñor Bert Van Megen.
"Pienso que como líder de la Iglesia Católica, vista que tantísima gente es católica en este país, y visto que el propio presidente es católico, el Santo Padre puede ofrecer una contribución sustancial al proceso de paz".
El arzobispo clarifica: "No se reunirá con el presidente Salva Kiir y el vicepresidente Riek Machar para negociar con ellos, obviamente. Es más bien de padre espiritual que los aconsejará, como puede hacerlo un padre con sus hijos diciéndoles: "Basta, únanse, estrechen sus manos y pónganse a trabajar por el bien de este país".
Para el papa Francisco este será el cuadragésimo viaje internacional, al término del cual serán sesenta los países por él visitados.
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