El Papa Francisco expresó que "Dios no rechaza a los homosexuales ni a ninguno de sus otros hijos" y que "el amor no divide, sino que une", destacando además que "la hipocresía en la Iglesia es particularmente detestable".
Así lo subraya en un libro que se publicará la próxima semana, dijeron fuentes vaticanas este viernes.
"Dios es Padre y no niega a ninguno de sus hijos. Y el estilo de Dios es la cercanía, la misericordia y la ternura. El corazón está abierto a todos y cada uno. Él es Padre. El amor no divide, sino que une", señala el Papa al hablar de los homosexuales en el libro "La paura come dono" ("El miedo como regalo"), con Salvo Noé (Edizioni San Paolo).
"Dios no rechaza a los homosexuales ni a ninguno de sus otros hijos", dice Francisco en el libro.
La declaración es un eco de su famosa respuesta a una pregunta sobre los católicos homosexuales poco después de convertirse en Papa en 2013: "¿Quién soy yo para juzgar?".
El pontífice argentino agrega que "Dios se acerca con amor a todos y cada uno de sus hijos".
En el libro, el Papa admite que él también tiene miedo de cometer errores: "A veces sí, cuando tengo que tomar una decisión, me digo: '¿Si hago esto así...?'. Da un poco de miedo equivocarme, ¿no?!".
"Y miedo en este caso me ayuda, porque me lleva a sopesar bien las decisiones a tomar, como hacerlo y todo lo demás, no es el miedo lo que me destruye, no no... es un sentimiento que me pone atento: el miedo es como una madre que te advierte".
"La Iglesia no está exenta de la hipocresía que es el miedo a la verdad. El hipócrita teme a la verdad. Prefiere fingir que ser uno mismo. Es como jugarse el alma", sigue.
En el libro que saldrá publicado la semana que viene, destaca que "hay muchas situaciones en las que esto sucede: esconderse en el lugar de trabajo, donde intentas parecer amigable con los colegas mientras la competencia lleva a golpearlos por la espalda; en política no es raro encontrar hipócritas".
"La hipocresía en la Iglesia es particularmente detestable", subraya. "Desgraciadamente, existe y hay muchos cristianos y ministros hipócritas".
Además del flagelo del abuso, "hoy la mayor perversión en la Iglesia es la de los sacerdotes trepadores y la mundanalidad", sostiene. "La mundanalidad que lleva a la vanidad, a la arrogancia, al orgullo. La mundanalidad mata, como dije una vez, un sacerdote mundano es un pagano clericalizado".
Llevar la psicología a los seminarios "es muy útil en mi opinión. Todo lo que ha pasado, el abuso sexual de menores por parte del clero, ha puesto de relieve dramáticamente este problema", admite.
"Antes de la ordenación sacerdotal, tenemos que darnos cuenta si hay inclinaciones al abuso", subraya en el libro.
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