"La salud no es un lujo" y "un mundo que descarta a los enfermos, que no asiste a los que no pueden pagar el tratamiento, es un mundo cínico y sin futuro", afirmó hoy el Papa Francisco en la audiencia con los representantes de la Federación Italiana de Técnicos Sanitarios en Radiología Médica y de las Profesiones Técnicas Sanitarias, Rehabilitadoras y Preventivas.
"Quisiera agradecerles -dijo el Papa a los profesionales sanitarios- su compromiso y entrega, especialmente cuando pasan desapercibidas. En los últimos tres años, los profesionales sanitarios han vivido una experiencia muy particular, difícilmente imaginable, la de la pandemia. Se ha dicho en otras ocasiones pero no hay que olvidarlo: sin su empeño y esfuerzo muchos enfermos no hubieran sido atendidos".
Recordando el Mensaje para el Día del Enfermo, que se celebrará el 11 de febrero, el Papa Francisco invitó a todos "a reflexionar sobre la experiencia de la enfermedad".
"Esto es hoy más oportuno, incluso necesario, justo cuando, a menudo, la cultura de la eficacia y del derroche nos empuja a negarlo. No hay lugar para la fragilidad. Y por eso el mal, cuando irrumpe y nos ataca, nos deja aturdidos en el suelo.
Puede suceder, entonces, que los demás nos abandonen, o que nos sintamos que estamos en deuda y eso no lleva a abandonarlos, para no sentir una carga. Así comienza la soledad", graficó Francisco.
Cuidar a los enfermos con "humanidad" es, pues, el llamamiento del Papa que invita a no ceder a la eficiencia estéril ni a la fría aplicación de los protocolos.
"Los enfermos son personas que piden ser tratadas y sentirse cuidadas, y por eso es importante relacionarnos con ellos con humanidad y empatía. En sanidad es importante tratar con un alto nivel profesional pero con humanidad y empatía", subrayó.
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