Las Criptas del Vaticano se abrieron a las 9 (hora local, 8 GMT) para permitir a los fieles rendir homenaje a la tumba donde fue enterrado Benedicto XVI.
Joseph Ratzinger descansa en el lugar donde fue sepultado Juan Pablo II antes de su beatificación. Sobre la lápida se observa un epígrafe negro con la inscripción: "Benedictus PP XVI".
Los fieles esperaron en la basílica la apertura, luego muchos se alinearon para rezar frente a la tumba.
Entre los primeros estuvo Bernardo, llegado desde Varsovia: "Es uno de los Papas más importantes de la historia, es mi Papa, era importante venir aquí", dijo con la voz un poco quebrada por la emoción.
Luego estaba Stefania da Portogruaro (Venecia): "Estamos aquí -dijo señalando también a las personas que la acompañaron desde el Véneto- porque necesitábamos sentir su cercanía.
Benedicto nos da esperanza".
Entre los primeros fieles que descendieron a las criptas también se encontraban tres jóvenes de Altamura (Bari): "Es un Papa importante para nosotros, sentimos la necesidad de estar aquí hoy", coincidieron.
En tanto, el cardenal Walter Kasper rechazó la idea de que el Papa Emérito sea declarado "santo inmediatamente": "No se va al cielo en tren de alta velocidad", explicó en una entrevista con el diario La Repubblica.
"El Derecho Canónico dice que hay que esperar al menos cinco años después de su muerte antes de abrir tal proceso", aclaró.
El prelado cree que el Papa Francisco no se dará por vencido y renunciará a su papado y aconsejó a monseñor Georg Ganswein -secretario de Ratzinger- "mejor callarse" porque "ahora no es el momento para hablar de esas cosas" y reconoció que "hay un choque entre dos sensibilidades diferentes, los llamados progresistas y los llamados conservadores" pero "los choques no son buenos para la Iglesia".
Según el cardenal, no tiene sentido enfrentar a Joseph Ratzinger con Jorge Bergoglio: "Obviamente son personalidades diferentes, provienen de diferentes culturas", pero "el Papa Francisco ha citado a menudo a Benedicto, tenía relaciones amistosas con él" y "el hecho de que entre los dos había una diferencia en los acentos es absolutamente normal".
"No creo que Francisco se dé por vencido, pues él mismo ha dicho explícitamente que de momento no tiene esa intención", amplió sobre la posibilidad de una renuncia del Papa Francisco.
"Se dará por vencido si ya no es capaz de afrontar los retos de su pontificado, eso sí, pero ahora sigue, como dice él: 'yo no gobierno con las piernas sino con la cabeza'", amplió luego.
El cardenal y teólogo tampoco está convencido de que un Papa que renuncia deba llamarse "Papa Emérito". "Lo que presenciamos fue una situación única, que nunca antes había ocurrido, con dos hombres vestidos de blanco, un Papa y el otro Papa emérito", deslizó.
"Pero es una situación indeseable. En mi opinión, existe un amplio consenso sobre la necesidad de dejar de tener el título de Papa Emérito, y optar por una alternativa, tal vez obispo emérito de Roma. En ese sentido, Papa Emérito no era una opción muy adecuada. Pero no sé si el Papa Francisco tomará una iniciativa en este sentido y cambiará algo, no he hablado con él al respecto", completó Kasper, que es el presidente emérito del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y contribuyó a la elección de Francisco.
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