"Como los Reyes Magos, postrémonos, entreguémonos a Dios en el asombro de la adoración. Adoremos a Dios y no a nosotros mismos; adoremos a Dios y no a los falsos ídolos que nos seducen con el encanto del prestigio y el poder, con el encanto de las falsas noticias. Adoremos a Dios para no inclinarnos ante las cosas pasajeras y la lógica seductora pero vacía del mal", dijo el Papa en su homilía en la Misa de Epifanía. El Papa nos invita a dejarnos inquietar por cuestiones "inquietas" y a no conformarnos con "tranquilizadores del alma".
"Cada día el clima que respiramos ofrece 'tranquilizadores para el alma', sustitutos para sofocar nuestra inquietud -dijo en su homilía- y extinguir estas cuestiones: de los productos del consumismo a las seducciones del placer, de los debates espectacularizados a la idolatría de bienestar; todo parece decirnos: ¡no pienses demasiado, déjalo ser, disfruta de la vida!".
"A menudo tratamos de poner el corazón en la caja fuerte de la comodidad, pero si los Reyes Magos lo hubieran hecho -subrayó el Pontífice- nunca se habrían encontrado con el Señor. Dios, en cambio, habita en nuestras preguntas inquietas".
Francisco también pidió dejar espacio en la vida a Dios que es verdadero amor, "que no pasa, que no se pone, que no se apaga ni siquiera ante la fragilidad, los fracasos y las traiciones".
"El camino de la fe comienza" cuando "dejamos de mantenernos en un espacio neutral y decidimos habitar los espacios incómodos de la vida" también hecha de "sufrimientos que hunden la carne", advirtió el Papa.
Para Francisco, "en esos momentos surgen de nuestro corazón esas preguntas incontenibles, que nos abren a la búsqueda de Dios: ¿Dónde está ese amor que no pasa, que no se desvanece, que no se quiebra ni siquiera ante la fragilidad, los fracasos y las traiciones?" El Pontífice destacó que "la fe es un camino, la fe es un peregrinaje, la fe e suna historia de partidas".
"Recordemos esto: la fe no crece si permanece estática. No podemos encerrarla en alguna devoción personal o confinarla en los muros de las iglesias. Es necesario sacarla, vivirla en constante camino hacia Dios y hacia los hermanos", destacó Bergoglio.
En el Angelus, el Papa destacó también el valor del "silencio" si se quiere llegar a un acuerdo auténtico con Dios.
"Humanamente, somos impulsados a buscar la grandeza, pero es un don saberla hallarla en las pequeñas cosas que Dios tanto ama", subrayó.
"Porque al Señor se lo encuentra así: en la humildad, en el silencio, en la adoración, en los pequeños y en los pobres", concluyó Francisco al comentar el Evangelio de hoy.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA