Miles de fieles se acercaron este primer lunes del año para expresar su conmoción y respeto al Papa Emérito, Benedicto XVI, fallecido el sábado pasado a los 95 años de edad, y también brindaban su adiós altas figuras del estado italiano, como el presidente Sergio Matarella y la primera ministra Giorgia Meloni.
Una larga fila se observaba en la Plaza San Pedro, para entrar en la basílica donde yace el cuerpo de Joseph Ratzinger, en una situación inédita para la Santa Sede, la ceremonia fúnebre de un Papa Emérito.
El presidente de la República, Mattarella, rindió homenaje a Benedicto XVI "a las 8.50 horas, antes de la apertura de la basílica vaticana" al público, dijo a ANSA el párroco de San Pietro don Agnello Stoia.
Incluso la premier Meloni -entre las primeras en llegar- también se hizo presente en el lugar. Con ella estuvo el subsecretario de la presidencia del Consejo de Ministros, Alfredo Mantovano, y el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida.
Los fieles asistentes son grupos de religiosos y religiosas pero también familias, personas solas, que se acercan a expresar sus respetos o agradecimiento. Todos pasan por los detectores de metales y, a pesar de la gran afluencia, la fila fluye ordenadamente dentro de la Plaza de San Pedro.
La afluencia más masiva de llegadas proviene del costado de Porta Sant'Anna, donde la gente estaba en fila esta mañana incluso antes de la apertura de la basílica.
El Prefecto de Roma ha pronosticado que, en estos días en que el cuerpo de Ratzinger será expuesto en el Vaticano -entre el 2 y 4 de enero- al menos de 30 a 35 mil personas fluirán por día, mientras que para el funeral que se celebrará el jueves 5 de enero, la previsión es una presencia de 60 mil fieles.
El traslado del cuerpo del monasterio Mater Ecclesiae a la basílica se realizó, en privado, a las 7 de la mañana, hora local, y la llegada a la basílica se produjo 15 minutos después.
El breve ritual, presidido por el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro, duró hasta las 7.40. Luego se completó la preparación de la Basílica para la llegada de los fieles.
El cuerpo de Benedicto XVI aparece, en la exposición de la basílica vaticana, con un anillo en el dedo: es el que lleva la efigie de San Benito que le había sido entregado, según se sabe, por monseñor Gino Reali, obispo emérito de la diócesis de Porto-Santa Rufina, en Lazio, pero de origen umbrío.
El secretario privado de Ratzinger, monseñor Georg Gaenswein, habría tomado esta decisión, de que Benedicto luciera este anillo, precisamente para recordar el vínculo entre el Papa Emérito y el santo de Norcia.
También se hizo presente el viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, quien acudió hoy a la Basílica de San Pedro para rendir homenaje al cuerpo del Papa Emérito Joseph Ratzinger. “Un pontífice que acompañó la construcción de la UE recordando siempre los valores fundantes y constitutivos de la sociedad europea para que puedan ser promovidos por el bien de todos. Este es el mayor legado que dejó a todos los hombres y mujeres comprometidos con diversos títulos en las instituciones", subrayó Tajani al recordar la figura de Benedicto XVI.
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