La premier permanece equidistante, apoyando con su partido, Hermanos de Italia (Fratelli D'Italia - FDI), y todo el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), el plan de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, de reforzar la seguridad europea.
Pero, al mismo tiempo, no se permite nada que avale un acto "politizado contra la administración Trump", a la luz de la evolución de las negociaciones entre Estados Unidos y Ucrania en la ciudad saudita de Yeda.
Frente a un escenario considerado, fluido y cambiante, en el Palazzo Chigi (sede del Gobierno italiano) se gestiona cada movimiento en nombre de la precaución y el equilibrio.
Por lo tanto, también hay dudas y evaluaciones sobre la participación de la premier en la conexión virtual a la llamada cumbre de los voluntariosos, convocada para el próximo sábado por el premier británico, Keir Starmer.
La posición de Roma sigue siendo "fuertemente contraria" para el envío de tropas a Ucrania.
Si la cumbre se usara para llevar a cabo la planificación de dicha operación, entonces para Meloni (quien también se encontró con el primer ministro holandés, Dick Schoof) no tendría sentido.
En esa perspectiva, solo como "observador", el jefe del personal de defensa, Luciano Portolano, participó en la reunión en París con los generales de aproximadamente 30 países, organizada por Francia, el otro pilar del grupo de los voluntariosos.
Una cita que resultaría ser "menos operativa de lo esperado", trascendió entre entornos gubernamentales.
En ese contexto, las diplomacias están trabajando.
Sin embargo, la reunión de Londres no está prevista para "observadores", y la decisión final también se tomará a la luz de los comentarios en París, donde el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, participó con sus pares de Francia, Alemania, Polonia y el Reino Unido.
"Tenemos que pensar en todos los escenarios posibles", dijo Crosetto a aquellos que le preguntaron si la hipótesis de una fuerza de mantenimiento de la paz podría pasar a un segundo plano respecto a la prioridad de enviar ayuda a Kiev.
Mientras, los melonianos reclaman la abstención en Estrasburgo sobre la resolución de Ucrania, que vio votar a Hermanos de Italia (FDI), Forza Italia (FI, a favor) y Liga (en contra) de tres maneras diferentes.
En el intento para cambiar el nombre de" ReArm Europe", considerado por el gobierno como pésimo, terminó con FDI votando luego a favor del plan de Von der Leyen para la defensa, mientras FI hizo lo mismo, y la Liga dijo "no".
Ahora, los tres aliados tendrán que negociar para evitar divisiones sobre el texto de la resolución que le dará el mandato a Meloni en vista del Consejo de la UE de 20 y 21 de marzo.
"Un 'plan' concreto aún no está allí -observó Matteo Salvini -, no entendemos por qué debemos hacer deuda pública para comprar otras armas".
No hay "detalles" del ReArm, y "se proporcionará en las próximas semanas", explicó Giancarlo Giorgetti, subrayando que "en lugar de disparar cifras a priori, debemos decidir y saber cuáles son las reales necesidades con respecto a los inversiones militares".
Además, para "minimizar el impacto en la deuda pública, Italia presentó una propuesta para respaldar las garantías europeas para las inversiones privadas".
Meloni comparte la cautela del ministro de Economía, y este aspecto se reflejará con toda probabilidad en la resolución que se vote por el Senado y la Cámara entre el martes y el miércoles.
"Tendremos que tener en cuenta los puntos de vista de todos", advirtió la Liga, que confía en que "se encontrará una síntesis".
"En momentos importantes, la mayoría siempre demostró unirse", observaron desde el gobierno.
De todos modos, una vez definido en todos sus aspectos, el plan europeo estará sujeto, más adelante, al Parlamento.
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